Don Pelayo en Covadonga
1855. Óleo sobre lienzo, 358,5 x 280 cm. Depósito en otra instituciónEste cuadro ejemplifica el carácter con el que nacieron las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes durante el reinado de Isabel II. A partir de su creación se convirtieron en el instrumento de promoción básico del panorama artístico oficial isabelino y en ellas acapararía un protagonismo esencial la pintura de Historia en su capacidad de transmitir el ideario político de España como nación a través de los acontecimientos más significativos de su pasado y, por lo tanto, de su Monarquía. En la edición inaugural presidida por los propios reyes Isabel II y Francisco de Asís, flanqueaban el estrado de los tronos reales las obras premiadas más destacadas, todas ellas pinturas de tema histórico. Así, a la derecha de los monarcas se colocó el monumental cuadro Don Pelayo en Covadonga, obra de Luis de Madrazo, que había sido premiado con una primera medalla por el jurado, del que precisamente formaba parte su hermano Federico de Madrazo, y que, por su argumento, simbolizaba el inicio de la Reconquista y, por tanto, de la recuperación de la unidad cristiana y política de España (Texto extractado de Díez, J.L.: La pintura isabelina: arte y política. Academia de Historia, 2010, pp. 86-87).
Luis de Madrazo comenzó a plantearse utilizar un tema parecido al proyectado inicialmente por su hermano Federico con destino al Congreso de los Diputados en su Don Pelayo en Covadonga. Aunque la composición resultó muy diferente a las ensayadas por su hermano, mereció la plena aprobación de éste, como también la de su padre, quien en alguno de sus consejos tenía presentes algunos aspectos tratados por Federico, como el asunto de las reliquias que ocultan los eclesiásticos, que le instó a colocar en el segundo término, igual que había hecho aquél en un dibujo de Don Pelayo abrazando el estandarte (colección particular) (Texto extractado de Barón, J.: "El Rey Pelayo y el origen de la Reconquista en la obra de Federico de Madrazo", en Boletín del Museo del Prado. Museo del Prado, 2007, p. 156).