El nacimiento de Venus
1636 - 1638. Óleo sobre lienzo, 187 x 208 cm. No expuestoEl nacimiento de esta diosa aparece en la Teogonía de Hesiodo (188-ss:) "(...) Vino el poderoso Urano conduciendo la noche, se echó sobre la tierra ansioso de amor y se extendió por todas partes. El hijo, saliendo de su escondite, logró alcanzarle con la mano izquierda, empuño con la derecha la prodigiosa hoz, enorme y de afilados dientes, y apresuradamente segó los genitales de su padre y luego los arrojó a la ventura por detrás. (...) En cuanto a los genitales, desde el mismo instante en que los cercenó con el acero y los arrojó lejos del continente en el tempestuoso ponto, fueron luego llevados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació una doncella. Primero navegó hacia la divina Citera y desde allí se dirigió después a Chipre rodeada de corrientes. Salió del mar la augusta y bella diosa, y bajo sus delicados pies crecía la hierba en torno. Afrodita la llaman los dioses y hombres, porque nació en medio de la espuma, y también Citerea, porque se dirigió a Citera".
El nacimiento de Venus ha sido tratado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia del arte, desde sarcófagos romanos a relieves y pinturas. En este caso lo que se muestra es el momento en el que Venus sale del mar, más allá de la representación como una figura frontal, como Venus Púdica. A su lado aparece una mujer ofreciéndole un collar de perlas y el dios del mar Neptuno junto con un tritón que toca una trompeta como anunciando el nacimiento de la diosa, que aparece acompañada de cupidillos. Para S. Alpers, autora del único estudio completo del encargo de Rubens para la Torre de la Parada hasta la fecha, la postura de Venus es la de la Venus Anadiomene, que aparece retorciéndose el cabello para quitar el agua. La naturalidad con la que está tratada la figura de la diosa la asemejan a cualquier mujer saliendo del mar.
La obra fue pintada por Cornelis de Vos, que realizó cuatro lienzos para la serie, Apolo persiguiendo a Dafne (P1714), El Triunfo de Baco (P1860), Apolo y la serpiente Pitón (P1861) y éste. El estilo de C. de Vos se diferencia en el tipo de pincelada, menos enérgica y suelta que la de Rubens, lo que resta fuerza a las composiciones con respecto a los bocetos. Sin embargo sigue muy fielmente las composiciones de Rubens. Al igual que sucede con otras obras de C de Vos para esta serie los cambios se aprecian en el tratamiento de los rostros, más dulcificados e idealizados que los de Rubens, cuyo boceto original se conserva hoy en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica, en Bruselas (inv. 4106), algo común en muchas de las obras de la serie. El rostro de Neptuno recuerda a Tmolo, el juez de la obra de Jordaens para esta serie Apolo vencedor de Pan (P1551) lo cual es una muestra del trabajo del gran taller de Rubens, reaprovechando modelos y figuras para unos y otros lienzos.
Los lienzos para la Torre de la Parada fueron realizados en torno a 1636-1638 aproximadamente, siguiendo la correspondencia entre el Cardenal Infante Don Fernando, gobernador de Flandes en el momento del encargo, y su hermano el rey Felipe IV.
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos.
El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la mayoría de los lienzos realizados a partir de los diseños de Rubens para la decoración de este lugar (muchos de los cuadros fueron pintados por otros artistas).
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2014).