Estudio de marabúes
1873 - 1874. Óleo sobre tabla, 15,6 x 18,3 cm. No expuestoEs obra de gran interés, seguramente realizada en el Jardin des Plantes de París, ciudad en la que el artista vivía desde 1862. La curiosidad de Rico por muy diferentes clases de animales, bien documentada en los cuadernos de dibujos que conserva el Prado, le llevó a hacer este sobresaliente estudio con ocho posturas diferentes pues la de la derecha, vista desde atrás, parece corresponder a otra especie de ave. Todas ellas muestran su aguda capacidad de observación del natural y dan cuenta de su facilidad de resolución ante el motivo y también una fina percepción de los tonos que, en este caso, resulta de gran interés pues al pie aparecen pruebas de diferentes azules, celeste, cerúleo y cinc con los que se relacionan las inscripciones de mano del artista: "zing" "y" "Celeste" "Zing" "ceruleon".
El estudio está en estrecha relación con tres dibujos que representan el mismo animal en la hoja n. 59 de uno de los cuadernos del pintor adquiridos en 2007 por el Prado, el n. 6 (D7367). Dado que este cuaderno fue adquirido en Venecia durante el primer viaje del artista a aquella ciudad, según consta en la etiqueta de la casa en que lo compró, tales dibujos hubieron de ser realizados en París en el otoño de 1873 o ya en 1874.
Rico compartió el aprecio de esta ave exótica con su amigo íntimo Mariano Fortuny, que incluyó un marabú en cada una de las dos versiones de los Encantadores de serpientes (Baltimore, Walters Art Gallery y Moscú, Museo Puschkin) en 1869. Se conocen numerosos dibujos de marabús de Fortuny, uno de ellos en un cuaderno de dibujos adquirido por el Prado (D9065) y otros en el Musée du Louvre y en el MNAC, y la referencia a una acuarela con ese motivo en la venta póstuma de Drouot (n. 148). Hay otro más, un simple croquis, de Ricardo de Madrazo, cuñado de Fortuny, en una carta a su padre Federico fechada en Roma el 5 de diciembre de 1868 (Archivo del Museo del Prado, Fondo Madrazo) en la que indicaba el origen del interés por este motivo en una visita que hizo Fortuny a Florencia para hacer apuntes de un marabú con destino al citado cuadro que entonces preparaba (Texto extractado de Barón, J: Museo Nacional del Prado, Memoria de Actividades 2016, pp. 94-96).