La Sagrada Familia o La Trinidad en la Tierra
Siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 157 x 120 cmNo expuesto
El Niño se dirige a quien contempla la escena y su cabeza se halla respaldada por un nimbo de tipo cruciforme premonitorio de su pasión, en tanto que el de la Virgen lo forman doce estrellas, alusivas a los dolores que padeció, y San José sostiene su vara florecida. Sobre ellos aparece la paloma del Espíritu Santo y más arriba la figura del Dios Padre acompañado de varios ángeles y querubines completándose de esta manera la Trinidad celeste. La pintura, verdaderamente, es un prodigio de habilidad técnica, pues ha aprovechado la preparación rojiza de la tela para obtener un fondo de resplandor luminoso, apenas insinuado con ligeros toques blanquecinos, del que emergen las figuras superiores y se recortan las de los tres protagonistas. Este recurso constituye una buena prueba de la facilidad y rapidez del artista en pintar. El canon de sus figuras es el habitual de su producción, ya que éstas son estilizadas, con unas proporciones ciertamente manieristas que insinúan cierta inestabilidad y también su modelo femenino, así como el de los ángeles, es el utilizado de continuo por este artista. Todo esto junto con el colorido empleado, a base de tonos poco luminosos y sucios, la convierten en una obra característica de Camilo, presidida siempre por un sentimentalismo tierno y dulzón.
Pintores del reinado de Felipe III, Madrid, Museo del Prado, 1993, p.100