Los desposorios místicos de santa Catalina
1660. Óleo sobre lienzo, 207 x 163 cmNo expuesto
Es una de las más bellas y ambiciosas composiciones del pintor, donde, partiendo de su maestro Carreño, alcanza un punto de más refinada personalidad y delicadeza. El gusto por las amplias y complejas escenografías le viene en este caso más que de Carreño, de la línea de Francisco Rizi y del joven Claudio Coello.
El efecto luminoso que se busca en el sucesivo juego de contraluces, con la figura de la Virgen y San José, recortados sobre la lejanía del edificio soleado, con los efectos interpuestos del tronco del árbol y la tela, que tan caprichosamente crea un toldo a modo de baldaquino sobre el grupo principal, constituye uno de los mejores aciertos del artista, que como indica Camón, logra aquí una pincelada suave, esponjosa, llena de gracia impresionista y captadora de los juegos de luces más ricos y contrastados de nuestro barroco.
La actitud y los modelos de ese grupo evocan fuertemente la tradición vandickiana y el suntuoso manto de Santa Catalina, el tipo escorzado del niño San Juan, e, incluso, modelo y actitud del San José, dependen claramente de Carreño, así como la lejanía del paisaje. Las soberbias condiciones de bodegonista del maestro se manifiestan en el excelente cesto de frutas del primer término. La composición debió, sin duda, tener éxito y el joven Cerezo debía sentirse orgulloso de ella, pues la repitió, con ligerísimas variantes en el gran lienzo de la Catedral de Palencia, firmado y fechado el año siguiente, 1661 (Urrea-Valdivieso, 1971, p. 499).
Un presunto boceto, con diferencias aún mayores, poseía en 1927 D. Félix Boix (Tormo, 1927) y hoy se ignora su paradero, lo que impide comprobar si verdaderamente era tal, o más bien, como parece deducirse de la fotografía, una copia reducida, hecha por otra mano menos fina que la de Cerezo, que en lienzos de dimensiones pequeñas muestra una delicadeza y frescura en el toque que no se advierte en el presunto boceto.
Pérez Sánchez, Alfonso E., Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo, Madrid, Ministerio de Cultura. Banco Herrero, 1986, p.297