San Juan Bautista niño con el Cordero
1681. Óleo sobre lienzo, 64 x 91 cm. No expuestoSan Juan Bautista aparece representado con el cordero de la pasión junto al cual descansa una cruz con la inscripción Ecce Agnus Dei en la filacteria. La obra, firmada y fechada en 1681, tiene la finalidad de expresar por medio de símbolos el fin último del nacimiento y la muerte de Cristo, un asunto relativamente frecuente en la pintura española del siglo XVII, íntimamente relacionado con las representaciones del Niño Jesús pasionario. El interés de Francisco Ignacio por acompañar la figura de san Juanito de una serie de símbolos evidencia el deseo del pintor por cumplir con la finalidad didáctica aconsejada por la ortodoxia cristiana tras el Concilio de Trento, que el pintor siempre se esforzará en seguir.
Sobre los azules, grises y pardos del paisaje destacan, por su iluminación, las carnaciones rosadas de san Juanito y el ocre del cordero. En el modelo del niño y el estilo se aprecian influencias de José Donoso, discípulo también de Carreño, con quien Francisco Ignacio colaboró al menos desde 1679, colaboración con la que, a decir del pintor, compañero y amigo de Ruiz, Antonio Palomino (1655-1726), su estilo degeneró algo en la manera, con alguna dureza; pero siempre muy corregido (Texto extractado de Zapata Fernández de la Hoz, T.: "Francisco Ignacio Ruiz de la Iglesia (1649-1703) en el Museo del Prado: revisión y nuevas atribuciones", Boletín del Museo del Prado, XXXI, 49, 2013, pp. 82-83).