Jordaens, Jacob
Amberes, 1593 - Amberes, 1678Autor de vida considerablemente dilatada y extensa producción, es el tercero de los grandes maestros del ámbito pictórico flamenco del siglo XVII. Se formó en su ciudad natal con Adan van Noort; al contrario que Rubens y Van Dyck no salió prácticamente de su patria y prefirió la vida cómoda y tranquila de los lugares y ambientes de su tierra. Colaboró con Rubens, y fue influido por éste, aunque mantuvo su propia personalidad dotada de una peculiar independencia en ciertos aspectos. Si Van Dyck acentúa el lado aristocrático de Rubens, Jordaens en sentido opuesto se inclina por el popular cotidiano, y aunque pintó algunos temas de carácter alegórico y mitológico, su falta de conexión con el mundo clásico es tan notable como evidente. Trabajó desde Flandes en la decoración de la Torre de la Parada elaborando cuadros para sus series decorativas, llevó a cabo cartones de tapicería, ejecutó lienzos para el palacio de Greenwich y en 1648 para la reina Cristina de Suecia. A la muerte de Rubens en 1640 concluyó los encargos que éste tenía pendientes, en un estilo que no se aleja mucho del tradicional del genial autor. Poseyó prestigio internacional y ello, unido a su interés por las costumbres tradicionales de los Países Bajos y sus tendencias calvinistas, le granjearon amistades en Holanda, de donde frecuentemente se le pidieron obras. Vigoroso en la expresión y amante de la realidad tangible, se revela como el más próximo a su entorno vital, continuando la larga serie de artistas flamencos integrados en el mundo inmediato y visible, lejos de las nostálgicas anécdotas heroicas, triunfales escenas clásicas y formidables apoteosis religiosas de Rubens y de su círculo. Las figuras que pueblan sus cuadros son típicamente flamencas y sus actitudes cotidianas dejan ver la estirpe tradicional a la que pertenecen, incluso manteniendo ciertos rasgos humorísticos que reducen considerablemente la tendencia al clasicismo de su pintura. Uno de los cuadros más originales de Jordaens es "Tres músicos ambulantes" (P1550), que, aunque parece un boceto, posee tal seguridad en la ejecución y un concepto tan naturalista de la expresión que llama la atención por su asombrosa modernidad. La pincelada se advierte con facilidad, está dada con toques aislados ricos en pasta, breves en unas partes y largos, y dejando ver la preparación que subyace, en otras. La audacia de la técnica, el empleo de la luz y la armonía tonal distinguen a la pieza de las de su tiempo y la sitúan a la cabeza de la producción del artista (Luna, J. J.: De Tiziano a Goya. Grandes maestros del Museo del Prado, National Art Museum of China-Shanghai Museum, 2007, pp. 292-293).Su autorretrato inserto en 'La familia del pintor' corresponde a la obra P01549 del Museo del Prado.