El amor de Cupido y Psique
1640 - 1650. Óleo sobre lienzo sobre tabla, 131 x 127 cm. Sala 016BLa escena se desarrolla en un jardín con elementos arquitectónicos que recuerdan a la Casa de Rubens; varias mujeres terminando el baño, se enjuagan y atavían. A la derecha se ve una fuente decorada con una estatua de Cupido que cabalga sobre un delfín. El centro de la composición está poblado de figuras femeninas que proceden a secarse y vestirse después del baño. Un genio les ofrece una cesta con frutas y vino, y otro lleva una bandeja con un pavo real, mientras un segundo pavo extiende su cola junto a la fuente. Por el aire revolotean otros grupos de geniecillos, descorriendo una cortina, sosteniendo un cuerno de la abundancia, o lanzando flores desde lo más alto, cerca de un papagayo que les mira. Debido a la dificultad iconográfica que presenta, esta composición, realizada hacia 1630, fue conocida en diferentes catálogos como El baño de Diana o Diosas y ninfas después del baño. Pero hoy en día, y a la vista de las muchas referencias al amor que en ella se detectan, se cree más probable que Jordaens aborde aquí el feliz desenlace de la leyenda de Cupido y Psique, recogida por el autor romano Apuleyo en su novela Metamorfosis o El asno de oro. La pintura mostraría así el momento en que Psique –la personificación del alma en la mitología clásica– procede a acicalarse, en compañía de algunas diosas y ninfas, para su boda con el dios del Amor. Se ha creído reconocer a Psique en la joven que tiende sus brazos hacia el joven alado, al que se ha identificado como Cupido. La inclusión de los pavos reales avalaría, asimismo, la presencia de Juno, diosa del matrimonio.