Dos estudios de cabeza para una Inmaculada
1855. Óleo sobre lienzo, 38 x 47 cmNo expuesto
Se trata de dos estudios de busto corto de una cabeza femenina, uno de frente y otro de riguroso perfil. De rostro almendrado, grandes párpados, nariz larga y boca muy breve, tiene el cabello rubio recogido en un moño y adornado con una cinta azul.
Identificada tradicionalmente la modelo con la hija mayor de Federico de Madrazo, Luisa, que entonces contaría con diecinueve años y a la que retrata en una pintura de 1866, existen suficientes diferencias en la fisonomía de su rostro, considerablemente más ancho y redondo, como para pensar que, en realidad, Madrazo haya querido plasmar en estos bellísimos estudios su prototipo de belleza femenina, resuelto en una idealización lógica teniendo en cuenta su destino, que muestra por otra parte importantes huellas de la herencia nazarena en que se formó el artista y que marcan toda su producción religiosa.
Aunque siempre se ha indicado la naturaleza de estos estudios como preparatorios para una Inmaculada, hasta 1994 se desconocía la obra para la que fueron pintados, una Inmaculada de 1855 conservada en una colección particular, dándose a conocer entonces el boceto preparatorio de la misma. Éste repite en líneas generales el esquema compositivo de la otra Inmaculada de gran tamaño pintada en 1856, de la que incluso pudiera ser boceto preparatorio, tal como se cita en el Inventario de bienes redactado a la muerte de Federico de Madrazo, aunque en modelo de la Virgen es diferente, respondiendo su rostro al de los presentes estudios pero cambiando el aspecto de su cabellera, más oscura y de gran longitud, cayéndole por la espalda.
La factura de este estudio es extremadamente fluida, lograda gracias a una preparación clara y una materia muy delgada con la que el artista intenta plasmar la luminosidad sobrenatural del rompimiento de gloria que recorta la silueta de la Virgen en el boceto de la composición general. Por otra parte, estos estudios son testimonio de la especial maestría de Madrazo en el manejo de la luz, realizando el apunte frontal de la cabeza ante un fondo muy claro para modelar su volumen a través de una iluminación dirigida desde la izquierda, que provoca fuertes claroscuros, y ensayando el apunte de perfil el efecto contrario (Texto extractado de Díez, J.L.: Federico de Madrazo (1815-1894). Museo del Prado, 1994, p. 256).