Dos figuras a la puerta de un templo en una ciudad clásica
Hacia 1835. Lápiz sobre papel, 200 x 315 mm. No expuestoDibujo preparatorio para La destrucción de Numancia. Además de insinuar las figuras de Megara y Dulcidio, Madrazo esboza las líneas generales de la escenografía arquitectónica, trazando una línea de corte horizontal en la parte superior para ajustarlo al nuevo formato que fijará el boceto, además de indicar en su borde inferior la traza de una cuadrícula para traspasar su composición y marcar el eje vertical y las líneas fundamentales de fuga de su perspectiva. En este ligero esbozo pueden apreciarse también la concepción esencialmente teatral del marco escénico en el que Madrazo sitúa su argumento, al cabo inspirado en una tragedia escrita para las tablas, marcando las líneas de perspectiva fundamentales del gran foro público, a las que se someten las gradas del templo, el edificio de la derecha y la pira, trazas que en efecto traslada luego al boceto pintado. Madrazo también modifica aquí radicalmente el diseño arquitectónico del fondo dibujado en el modellino, dando como punto de fuga lateral un gran arco de medio punto abierto en un potente muro cerrado, tras el que se yergue la ciudad, rematada en su colina por una fortaleza, solución que aporta notables cambios en la pintura preparatoria (Texto extractado de Díez, J. L.: "La destrucción de Numancia, el gran cuadro desconocido de José de Madrazo en el Museo del Prado", Boletín del Museo del Prado, XXXI, 49, 2013, pp. 104-129).