La Piedad
Finales del siglo XVII. Aguada parda, Pluma sobre papel verjurado, amarillento, 176 x 245 mmNo expuesto
Seguramente este dibujo se creyó de mano de Juan de Roelas (c. 1558-1625) en la colección de Paul Lefort debido a las inscripciones que le atribuían esta obra, una de ellas con el nombre que le había dado Palomino (Pablo) y que -como bien sabía Lefort- Ceán corrigió en su Diccionario por Juan, siguiendo a Francisco Pacheco, quien le conoció.
Lo cierto es que no han llegado hasta el día de hoy dibujos claramente identificados con Roelas, por lo que no es fácil -ni debió de serlo entonces- consignar su atribución. No obstante, Ceán consideraba que este pintor fue el que mejor entendió las reglas de la composición y del dibujo en Andalucía, y lo citó entre los autores, de los que decía tener dibujos concluidos. De hecho, éste está perfectamente terminado, con una elaborada composición que atiende a lo que para él eran las características de un buen dibujo: expresión de las figuras, correcta composición y buen efecto del claroscuro -para lo que el artista había aplicado aguadas gris y parda-, así como libertad en la ejecución, una de las cualidades que Ceán elogiaba en los dibujantes andaluces del siglo XVII.
Este dibujo se considera en la actualidad de Juan de Valdés Leal (1622-1690), pintor sevillano del que Ceán conservaba un dibujo (Cristo flagelado, D00196). La hoja está recortada y pegada sobre otro papel que, a su vez, se ha pegado sobre un paspartú, lo que se aprecia en varios dibujos de los que pertenecieron a Ceán y llegaron al Prado a través del legado Fernández Durán, tras haber formado parte, al menos, de la colección de Paul Lefort. Ha de tenerse en cuenta que recortar los dibujos era una práctica usual, como se puede ver en algunos de los que pertenecieron al pintor Francisco de Solís (1620-1684) (Texto extractado de Hidalgo Caldas, B. en: Ceán Bermúdez. Historiador del arte y coleccionista ilustrado, Biblioteca Nacional de España-Centro de Estudios Europa Hispánica, 2016, p. 322).