Paisaje con Dido y Eneas
Tercer cuarto del siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 246 x 202 cm. No expuestoEs un soberbio ejemplo del tipo de paisaje que Agüero y Mazo cultivan al servicio de la Corte, marcados ya por el conocimiento de las obras de Claudio de Lorena y -muy especialmente en este caso- de Salvatore Rosa. El motivo representado, viene directamente de la Eneida, y se refiere al momento en que, durante una cacería, Juno hace que se desate una tormenta y esto obliga a Dido y Eneas a cobijarse en una cueva (IV, versos 160-166).
Agüero se ha servido para la composición, como en el caso del Paisaje con Latona y los campesinos transformados en ranas (P000897), de modelos ajenos. El grupo de la reina descabalgando, con el caballo presentando la poderosa grupa al espectador, viene directamente de una composición de Rubens, hoy perdida, que conocemos por la copia que de ella realizó Mazo (Díaz Padrón, Catálogo, 1975, p. 334). Aunque se ha simplificado considerablemente y han desaparecido los amorcillos que acompañaban la escena, es perfectamente reconocible el modelo, como señaló R. López Torrijos. También el perro es, casi literalmente, el que Velázquez pintó en el retrato del Cardenal-infante Fernando de Austria, cazador (P001186) y en el caballo -aunque con menos fidelidad-, se advierte un eco del de Las lanzas velazqueñas (P001172).
El lienzo es una muestra excelente de la maestría de Agüero, inmerso por entero en la atmósfera de Palacio impregnada de Velázquez, de Venecia y de la lírica rubeniana (Texto extractado de Pérez Sánchez, A. E.: Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo. 1650-1700, Ministerio de Cultura, 1986, p. 277).
Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo :, Madrid, Ministerio de Cultura: Banco Herrero, 1986, p.277