Retrato alegórico del conde-duque de Olivares
1626. Talla dulce: aguafuerte y buril sobre papel verjurado, 615 x 445 mm. No expuestoTendremos que dirigir nuestra mirada a los Países Bajos para encontrar la primera estampa en la que el nombre del pintor sevillano aparezca citado en la mención de autorías. Se trata del Retrato alegórico del Conde Duque de Olivares grabado por Paulus Pontius entre 1625 y 1626. Rubens pintó un boceto de la orla decorativa a óleo sobre tabla, en grisalla, en la que está perfectamente determinada la iconografía, conteniendo un retrato de Olivares basado en una pintura de Velázquez, probablemente el retrato que en la actualidad se conserva en el Museo de Sao Paulo. Sin embargo posteriormente, cuando Pontius comenzó a grabar la lámina, el retrato fue sustituido por otro del mismo Velázquez, más moderno y acorde por tanto con la verdadera imagen de entonces del valido, que sigue con mucha fidelidad el que se guarda en la Hispanic Society of America. El origen del retrato según se deduce de la carta del Conde Duque a Rubens fechada el 8 de agosto de 1626, en la que le agradece el envío de la estampa, se debe seguramente a una iniciativa del pintor para congraciarse con el valido, no solo por cuestiones diplomáticas en la que ambos estaban interesados, sino también con vistas a un futuro próximo en el que Rubens podía obtener su patrocinio artístico. Por ello no sorprende tanto que contase con Velázquez , artista favorito del Conde Duque, para la realización del “arquetipo” de una obra cuyo único objetivo era agradar al valido (Matilla, J.M. “Arquetipos velazqueños: la pintura de Velázquez en el grabado de sus contemporáneos” en Velázquez en blanco y negro, Museo Nacional del Prado, 2000, p. 21).
La estampa está grabada por Pontius según un retrato de Velázquez, quedando la ornamentación a cargo del diseño de Rubens. Reproduce la imagen del Conde Duque, con armadura, como un personaje importante: retrato de busto a la derecha sobre un gran pedestal con su escudo nobiliario. Todo en la estampa es exaltación del personaje conseguido con la profusión de elementos decorativos, como las guirnaldas de frutas que cuelgan de la parte superior, las antorchas encendidas, las palmas y las trompetas. Se añaden, a la derecha, los símbolos que se refieren a Hércules con sus atributos de la piel de león y la maza; a la izquierda los de Minerva: el escudo con la cabeza de Medusa y el mochuelo, ambos sostenidos por dos ángeles sentados en el pedestal. Debajo del retrato, en el plinto, seis versos en dos columnas del humanista Jean- Gaspard Gervaets (1593-1666), amigo de Rubens, quien ideó junto a éste el programa iconográfico de la entrada triunfal del Cardenal Infante Fernando de Austria en Amberes, cuyos textos quedaron impresos en el Pompa introitus editado en 1641.
Se trata de un segundo estado, según Hollstein, en el que la perilla sobresale más sobre el alzacuellos y el bigote es más poblado.