San Francisco predicando a las aves
Hacia 1646. Óleo sobre lienzo, 244 x 167 cmNo expuesto
En 1724, Antonio Palomino, que fue discípulo de Juan Carreño de Miranda, incluyó la biografía de su maestro en su Parnaso español pintoresco y laureado. La cercanía entre ambos convierte ese escrito en una obra de gran calidad informativa, pues pudo obtener la información de primera mano. Allí escribe: Son también de su mano (aunque a los principios) los dos cuadros de los colaterales de la iglesia del Caballero de Gracia, que son de san Francisco y san Antonio predicando, uno a las aves y otro a los peces. En esta iglesia seguían en el año 1800, cuando Ceán Bermúdez publicó su Diccionario. El Museo del Prado posee una obra firmada por Juan Carreño en 1646 (P5097, 249 x 167 cm), que tanto por tema como por fecha se supone es la que citó Palomino, pues en ese año el pintor tenía 32. Es la obra firmada más antigua que se conoce del artista. Se desconocía qué suerte había corrido su compañera hasta que apareció en una subasta madrileña un cuadro de dimensiones parecidas (244 x 167 cm) que representa a san Francisco predicando a las aves. En el catálogo de la misma se llama la atención sobre la estrecha relación entre ambas obras.
Desde un punto de vista narrativo existen algunas diferencias entre ellas, la más notable de las cuales es el gran desarrollo que adquiere en la versión del Prado la presencia del Niño Jesús y los ángeles, que en el caso del San Francisco han sido sustituidos por bosque y cielo. Sin embargo, la similitud de tamaños, el hecho de que ambas figuras tengan una escala similar, y que las dos funcionan muy bien como pendant una de otra sugieren que fueron concebidas simultáneamente y por el mismo artista. Aunque el que una de ellas se sitúe en un paisaje costero abierto y luminoso, y la otra en un bosque cerrado y penumbroso no facilita las comparaciones, éstas se pueden llevar a cabo a través de las figuras de los santos. La forma, por ejemplo, como están planteados y resueltos los respectivos hábitos es similar: En ambos casos (y a diferencia de otras imágenes franciscanas de Carreño) apenas se ofrece información sobre sus texturas, y la manera como se resuelven la parte superior de los mismos o el juego de pliegues es también parecida. En su estado actual de conservación se aprecian diferencias de factura que hacen que la sensación de modelado sea mucho más convincente en el caso del San Antonio que en el del San Francisco, y que aquel presente un nivel de calidad superior a la de éste. Es el caso, por ejemplo, del rostro y de las manos, mucho más certeros en el caso de San Antonio; aunque si comparamos la morfología del pie derecho de este último con la que aparece en el San Francisco de Asís del Museo de Oviedo encontraremos numerosas similitudes.
Portús Pérez, Javier, Juan Carreño de Miranda "San Francisco predicando a las aves''. en: Memoria de actividades 2014, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2015, p.36-38