Susana y los viejos
Hacia 1580. Óleo sobre lienzo, 151 x 177 cmNo expuesto
Frente a las representaciones medievales de este pasaje bíblico (Daniel 13:1-64), que ilustran el momento en que Daniel denuncia el falso testimonio de unos ancianos que, tras haber sido rechazados por Susana, la habían acusado de adulterio, los pintores venecianos mostraron predilección por el momento inicial de la historia, aquel en el que Susana es espiada por los viejos mientras se baña. La razón de esta elección era representar, arropado en un envoltorio bíblico, el tema preferido de la clientela: el desnudo femenino, y de hecho, los pintores visualizaron este episodio bíblico bajo la forma de una cortesana tomando un baño. Existen no obstante diferencias en el modo como cada pintor abordó el tema, y frente al tratamiento dado por Tintoretto, que solía mostrar a Susana en el baño sin saberse espiada, Veronés gustó del momento inmediatamente posterior: el de la confrontación entre la lujuria de los ancianos y la honestidad de Susana. Este enfrentamiento es el momento psicológicamente más interesante de la historia y Veronés acertó en la elección de los recursos pictóricos que habrían de servirle para acentuar su dramatismo. La pálida desnudez de Susana, apenas mitigado por un rico paño de seda, transmite una gran sensación de fragilidad, acentuada por su ubicación entre dos viejos barbados con ropajes negros y encarnados. La actitud conminatoria de los ancianos contrasta con el intento de Susana de cubrir su desnudez, acrecentando la sensación de morbosa indefensión de la joven ante los ojos del espectador. La ambientación de la escena en una villa contemporánea contribuye decisivamente a despojarla de cualquier connotación religiosa. Procedente de la Colección Real, fue adquirida por Velázquez en Venecia, citándose en 1686 en las "bóvedas de Tiziano" del Alcázar de Madrid. En el siglo XVIII se localiza en el Palacio Real Nuevo y Eusebi la incluyó en el catálogo del Museo del Prado de 1821.
Museo Nacional del Prado, Pintura italiana del Renacimiento: guía, Madrid, Museo del Prado, Aldeasa, 1999, p.225