En el Museo del Prado se conservan más de dos mil impresos de carácter efímero. Desde las invitaciones de exposiciones que dejan de ser útiles una vez que se ha visitado la muestra hasta las entradas de usar y tirar o las felicitaciones navideñas que se conservan mientras duran las fiestas.
Incluso se pueden considerar efímeros los carteles relacionados con acontecimientos, los folletos informativos y las postales editadas para recuerdo de los visitantes.
Leer más Ver todoEstos documentos de vida breve han extendido de manera extraordinaria el conocimiento de las colecciones artísticas del Museo entre sectores de población que no forman parte de su público habitual, pero que han usado sellos de correos, tarjetas de teléfonos, billetes de metro o décimos de lotería con imágenes de cuadros del Prado.
No se han tenido en consideración los impresos producidos con fines comerciales por organizaciones privadas como pueden ser los cromos, los envoltorios y etiquetas de productos, las cajas de cerillas, los materiales publicitarios, los calendarios, los naipes, los marcapáginas o los productos de papelería. Todos ellos reflejan la evolución social y aspectos diversos de la vida cotidiana y cultural española, pero el proyecto hubiera sido inabarcable dado que las colecciones del Prado se han reproducido de manera intensiva en este tipo de soportes.
Las distintas tipologías de materiales en papel de vida útil limitada se caracterizan, además, porque se distribuyen de forma gratuita –folletos, invitaciones, felicitaciones, entradas- o con un coste muy bajo -carteles, postales-, teniendo por ello mismo una enorme capacidad para llegar a grandes públicos.
Por lo que respecta a la temática, como era de esperar, los pintores más reproducidos son Diego Velázquez y Francisco de Goya y los iconos más reiterados son, entre otros, Las Meninas de Velázquez, el Autorretrato de Durero y El Jardín de las Delicias de El Bosco, el Caballero de la mano en el pecho de El Greco y La Anunciación de Fra Angelico que, replicados en su totalidad o en detalle, inundan con su presencia estos impresos. En este tipo de documentos, igualmente es frecuente la aparición del edificio de Juan de Villanueva y de las galerías interiores plenas de cuadros.
Estos materiales gráficos y textuales, impresos a través de técnicas de reproducción fotomecánica -fototipia, tricromía, huecograbado, offset- o nacidos en formato digital, han permitido la divulgación, y a veces la vulgarización, de las imágenes artísticas, modificando la experiencia de la contemplación de la obra de arte no sólo por la pérdida del aura de la que hablaba Walter Benjamin en La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica (1936), sino por la modificación de la escala y la visualización masiva de la obra de arte reproducida, llevada a su extremo por la cultura pop a la que le interesa más la copia que el objeto artístico original.
La colección de postales del Gabinete de Dibujos y Estampas ya era notable pero, hasta hace unos años, las obras de ephemera no se recopilaban y procesaban de manera sistemática. Así, ha sido la generosidad de tantos compañeros que han donado estos impresos coleccionados y guardados con mimo, la que ha permitido conformar un fondo que crece día a día y que, en la actualidad, asciende a 320 carteles, 642 postales, 63 series filatélicas, 81 entradas, 238 invitaciones y más de 500 folletos. Todos ellos, están digitalizados y catalogados en tres sistemas diferentes de gestión documental informatizada. Sus metadatos se presentan en este sitio web de manera unificada, independientemente de la tipología del material o de la unidad que haya generado la información.
En estos papeles está reflejada la evolución del diseño gráfico del Museo y su historia más cotidiana. Expanden la imagen de una colección de gran valor artístico y simbólico, cuyo conocimiento masivo convierte al Museo del Prado en un referente de identidad colectiva, en lo que se ha definido como un “lugar de memoria” en la exposición conmemorativa del Bicentenario.
El cartel es una “lámina en que hay inscripciones o figuras y que se exhibe con fines informativos o publicitarios” según la Real Academia Española. Ha estado muy presente en los espacios públicos desde que, en el siglo XIX, se desarrollaran la publicidad y las técnicas de reproducción litográficas y fotomecánicas.
El 1 de octubre de 1869 se puso en circulación en lo que entonces era el imperio Austro-Húngaro la primera tarjeta postal. Se trataba de una cartulina sin sobre que llevaba el sello de franqueo impreso. El objetivo era crear un medio de comunicación rápido y breve que costase menos que una carta ordinaria.
Las invitaciones a los actos oficiales celebrados por el Museo son una llamada a un público restringido para participar en un evento. Nos permiten conocer la imagen formal que la institución quiere trasmitir al comunicar dónde y cuándo se desarrollará el acontecimiento, empleando un texto muy estandarizado que apenas ha variado con el paso del tiempo.
Las entradas son un material pensado para servir solo un instante, el de franquear la puerta de acceso al Museo del Prado y, en algunos momentos de su historia, también permitían el uso del ascensor. Han sido creadas para ser funcionales, de bajo coste de producción y fácilmente identificables, lo que determina que la mayor parte sean sencillos billetes de papel de color claro con la tipografía impresa en tinta negra.
Independientemente de que se presenten como hojas volantes, dípticos y trípticos desplegables o cuadernillos de pocas páginas, los folletos son útiles por un corto periodo de tiempo. No sólo el público acostumbra a desestimarlos una vez abandonado el Museo cuya visita han guiado sino que, incluso, se suele desechar la tirada sobrante una vez finalizado el evento o exposición a la que acompañan.
Este repertorio de piezas creadas con un propósito diferente al que hoy las ha reunido aquí, está compuesto de representaciones gráficas que nacieron con un fin muy concreto, con una duración muy limitada y, en muchas ocasiones, solo ha sobrevivido el mensaje para el que fueron concebidas.