Bandeja oval de heliotropo
Hacia 1610. Cobre dorado, Esmalte, Heliotropo, Oro, Perlas, Plata dorada, 5,2 x 43,5 cm.Bandeja oval compuesta por dieciocho piezas de heliotropo unidas por un armazón de bronce dorado y cuerpo central rebajado con motivo cruciforme en torno a un óvalo central. Sobre la estructura de la guarnición se ubican varios sobrepuestos de oro esmaltado perdidos, en parte, y adornado con treinta y siete perlas de las que restan en la actualidad veinticinco. Existe en el Museo del Louvre una bandeja similar, lo que lleva a pensar que pudiera haber sido permutada por la bandeja poligonal O24 que acompaña a este juego. Forma parte del conjunto de obras O24 a O27 del Prado.
Actualmente, faltan parte de los sobrepuestos de la guarnición y en torno a una docena de perlas. Puede verse el estado de la obra en el siglo XIX a través de la fotografía de Juan Laurent y Minier, "Vase, cristal de roche taillé et gravé, montures d’or et émail, XVIe siècle, règne de Henri III", hacia 1879, Museo del Prado, HF0835/32 (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.