El buen padre lleva a sus hijos al templo a oir la palabra de Dios
Primer tercio del siglo XIX. Aguada, Albayalde, Lápiz, Pluma, Tinta agrisada, Tinta parda sobre papel verjurado, 310 x 210 mm. No expuestoFlanqueado por dos grupos de fieles, centra en lo alto de la composición un clérigo sentado en el púlpito, con un irradiante Corazón Sagrado sobre el pecho, visionariamente deslumbrado su rostro, vestido con manteo y cubierta su cabeza con bonete. Mediante gouache, gran resplandor gríseo tras él, emanado de su persona. A la izquierda: tres muy conmovidos devotos, más un hombre con un niño –o niña-, ambos de rodillas ya en primer término y en contraluz. Correspondiéndole todas estas figuras con las de la simétrica derecha: una mujer joven de rodillas que sujeta a una niña en pie, más otra mujer de más edad, de perfil a la izquierda y los brazos piadosamente extendidos hacia el predicador.
El bien movido bloque de la izquierda muestra ciertos caracteres propios del dibujo dieciochesco barroco, tanto en las formas como en su efectista claroscuro. Su responsión de a la derecha se pergeña con cierta negligencia y no es tan afortunada compositivamente. Con estenográfica sencillez se acierta en la deslumbrada faz del predicador.
Por el Sagrado Corazón de Jesús que aparece luminoso en su pecho, puede suponerse jesuita al sacerdote de este dibujo.
Sin duda, es la antítesis del Capricho 53 –Que pico de oro-, de Goya (G01940).
Esta obra forma parte de la serie formada por 24 dibujos (de D4906 a D4929) que representan los pasajes de la vida relajada y el fin de ella. Todos ellos precedidos de una portada manuscrita con pluma a tinta parda: Colecsion de Caprichos, que re- / presentan los pasajes de la vida / relaxada; y el fin de ella. // Dibujados por D.n Josef Zapata / Director de la Clase de Pintura / de la R.l Academia de Valencia. // Cuya Colecsion, es para expresar su autor, / que el hombre y muger, no deve nunca se- / pararse del camino y costumbres de la buena / moral, y Christiana observancia; huiendo siempre de todos los peligros y ocasiones q.e le presente el mundo, como lo representa en los pasages tan fuenestos y desgraciados de esta historia en numero de 24. dibujos. (Texto extractado de Puente, Joaquín de la., Unos Contracaprichos de José Zapata, Boletín del Museo del Prado, 1990, pp. 51-66)