Que os parece de nuestro estado, ya no podemos más
Primer tercio del siglo XIX. Aguada, Lápiz, Pluma, Tinta agrisada, Tinta parda sobre papel verjurado, 310 x 210 mmNo expuesto
Interior con una mesa con enseres de cocina –plato, almirez y jarrón- y una alta chimenea con varias vasijas encima y una parrilla colgada y un candil que pende iluminando la escena, todo ello a la izquierda. A la derecha, fondo oscuro y un gran cesto con ropa sobre una estructura con arco que puede que sea un horno. Centra la composición una joven, en pie, prácticamente de espaldas, vestida con un camisón, juntando las manos a la altura de sus hombros y mirando a los dos personajes sentados en el suelo situados a continuación de ella, a la izquierda: el uno, de edad, persignándose con el pulgar a la boca que bosteza de hambre; el otro, joven, con pañuelo que le rodea la cabeza y la mandíbula, moviendo sus brazos y piernas cual si padeciera de temblores.
Desde el punto de vista de la factura y estilo, es el más goyesco de estos dibujos; aunque no copia ni sigue de cerca ninguno de los Caprichos de Goya. Acaso no sea más que casual la coincidencia con el personaje que bosteza y se santigua la boca en Ya es hora, Capricho no. 53, de Goya (G02168).
Forma parte de la serie formada por 24 dibujos (de D4906 a D4929) que representan los pasajes de la vida relajada y el fin de ella. (Texto extractado de Puente, Joaquín de la., Unos Contracaprichos de José Zapata, Boletín del Museo del Prado, 1990, pp. 51-66)