El sacrificio de Ifigenia / Caricaturas
1763 - 1770. Aguada, Lápiz negro, Pluma, Tinta ferrogálica sobre papel verjurado, 252 x 375 mmSala A
Este dibujo permaneció inédito hasta su ingreso en el Museo del Prado en 1971, junto con otros ochenta y ocho de diversos autores y técnicas, procedente del Servicio de Recuperación Artística creado en 1937 en el bando nacional y encargado de devolver las obras incautadas durante la Guerra Civil en el lado republicano. La carencia de elementos de numeración o de marcas de colección en el papel hizo imposible identificar al propietario, y si bien el Servicio de Recuperación se disolvió oficialmente en 1942, buena parte de sus obras pasaron a la Dirección General de Bellas Artes, desde donde se asignaron luego al Prado.
La bibliografía sobre el dibujo se ha centrado en determinar el tema que representa. Salas (1977), el primero en publicarlo, apuntó la posibilidad, con alguna duda, de que se tratase del sacrificio de Ifigenia, asunto descrito entre otros autores por Eurípides. Según el relato, Artemisa, diosa de la caza, irritada con el padre de Ifigenia, Agamenón, por haber matado a una de sus ciervas, detuvo el viento que debía llevarle a Troya. El oráculo de Calcantes anunció entonces que la única forma de apaciguar a la diosa era que Agamenón sacrificara a su propia hija. Pese a la coincidencia de la escena representada con el relato, la duda venía motivada por la ausencia de la cierva que Artemisa, apiadándose de Ifigenia, envió para sustituirla en el sacrificio. Sin embargo, recientemente Martínez (2018) sugirió que Paret pudo haber representado el momento inmediatamente anterior a la intervención de la diosa. Por su parte, Pérez Sánchez (1977) pensó, basándose en la forma del dibujo, que pudo estar concebido para una decoración mural; no obstante, como demuestran las líneas bruscamente interrumpidas en el borde actual del papel, la hoja fue recortada, por lo que quizá su forma inicial fuese diferente y no obedeciera a ese cometido.
La datación del dibujo es compleja al no estar relacionado con ninguna obra fechada, pero por la temática clásica y el estilo puede situarse en los años cercanos al viaje de Paret a Italia. En el dorso hay esbozadas a lápiz rojo unas máscaras que recuerdan a las de la commedia dell´arte que Francisco de Goya y Antonio Primo dibujaron en sus respectivos cuadernos italianos. Hay además inscripciones en árabe y griego que demuestran el interés de Paret por las lenguas orientales, así como el resto de una inscripción en la que se puede intuir una dirección francesa ("rue […]").
El artista trabajó inicialmente a lápiz negro para esbozar los elementos principales de la composición y a continuación los trazó a pluma de forma rápida y segura, sin seguir exactamente el dibujo preliminar. Finalmente añadió las aguadas de tinta agrisada para recrear los volúmenes y las sombras.
Gracias a los diarios de Pedro González de Sepúlveda, en los que se recogen varias recetas de Paret, sabemos de su interés en la elaboración de materiales para el dibujo. Una de esas recetas refiere la manera de elaborar la denominada tinta de agallas (ferrogálica), que posiblemente utilizó en esta obra (Matilla, José Manuel, en Gudrun Maurer, Paret, Museo Nacional del Prado, 2022, pp. 72-73).