El vado
Hacia 1644. Óleo sobre lienzo, 68 x 99 cmNo expuesto
Es el cuadro más avanzado en la evolución de la obra de Claudio de Lorena que posee el Museo del Prado. Formaba pareja con otro lienzo perdido o destruido a comienzos del siglo XIX. En el inventario de la colección de Felipe V en La Granja se lee: Dos países en lienzo de Claudio de Lorena, el uno con un río que van vadeando unos bueyes hacia una fábrica o portal de columnas y el otro con otro río a cuya orilla hay dos fábricas, la una en figura redonda y la otra cuadrada, de tres quartas y dos dedos de alto, vara y ocho de ancho. Trasladados los lienzos a Aranjuez, el presente aparece inventariado en 1818, pero no su compañero, lo que hace pensar en una sustracción de entonces o un extravío.
Es una obra más madura que las anteriores aunque no alcanza su grandiosidad. La delicadeza de los reflejos y las transparencias muestran las inclinaciones del autor al tratar el paisaje; de nuevo son protagonistas el agua, el cielo, la luz, las elegantes arquitecturas y el denso arbolado, pero sobre todos ellos se configura el verdadero sentido de la composición: la calma del instante felizmente apacible que posee el papel predominante para lograr la sencillez de un ambiente ideal y la exquisita y grave poesía que se desprende de su contemplación.
Este tema aparece dibujado en el Liber veritatis. Se basa en un grabado del pintor fechado en 1636, titulado Los pastores, con el que posee importantes lazos estéticos y claras afinidades formales. Se encuentra también muy relacionado con cuadros anteriores, coetáneos y posteriores de Lorena.
El edificio es más alto en este lienzo que en la ilustración del Liber veritatis y, además de diferir algo en la estructura, aparecen personajes no dibujados en la versión anterior. Por otra parte, el dibujo es de proporciones más alargadas en nuestro cuadro.
Se desconoce quién podría ser la persona de Roma a la que iba destinada la pintura y tampoco está claro cómo entró en las Colecciones Reales de España.
Existe una copia de menor calidad en el California Palace of the Legion of Honor (San Francisco) y otra del siglo XVIII o XIX, hoy en paradero desconocido. Tanto el tamaño como el asunto debieron suscitar el interés de algún coleccionista; tan singulares circunstancias la harían aún más atractiva para los gabinetes de pequeñas pinturas del XVIII (Texto extractado de Luna, J.J. en: El Real Sitio de La Granja de San Ildefonso: retrato y escena del rey, 2000, pp. 418-419).