La Inmaculada Concepción
Segunda mitad del siglo XVII. Óleo sobre lienzo, 208 x 145 cm. Depósito en otra instituciónMuy significativa del estilo de Claudio Coello, esta obra es una de las mejores representaciones de la Inmaculada debidas a su pincel. En ella, la gracia y la delicada modestia se asocian admirablemente con el énfasis triunfal que caracteriza las Inmaculadas madrileñas de la segunda mitad del siglo. En este cuadro, de colorido rico y refinado, de dominante cálido, Coello aparece con toda su fuerza, liberado ya de la dependencia de Rizi, cuyo eco es aún muy visible en la gran Anunciación de San Plácido de 1668, y de la influencia de Carreño, advertible también en la Inmaculada de 1676 del Museo de Castres. Puede situarse, pues, este lienzo en una época más avanzada de la carrera del pintor, próximo por el colorido, el modelo y la técnica, a la Magdalena del Retablo de Ciempozuelos (1682) o a la Santa Catalina (1683) del Wellington Museum de Londres, obras todas ellas de su mejor momento, alcanzada ya su entera madurez.
Se ha señalado la existencia en una colección particular inglesa de una versión reducida de esta composición, pintada sobre tabla, con algunas variantes notables, que ha de ser, sin duda, puerta de tabernáculo. Otro ejemplar, de la Pinacoteca de Munich (Soehner, Spanische Master, 1963, p. 53) que lleva una falsa firma de Carreño, es obra de calidad más modesta, ejecutada seguramente en el taller de Coello, por uno de sus discípulos o colaboradores (Texto extractado de Pérez Sánchez, A. E.: Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo. 1650-1700, Ministerio de Cultura, 1986, p. 304).