No grites, tonta
Hacia 1797. Lápiz rojo sobre papel verjurado, 201 x 140 mmNo expuesto
Goya muestra en este dibujo los deseos libidinosos de los monjes y satiriza las órdenes monásticas bajo la apariencia de escenas de duendes, con el fin de no suscitar la censura. El comentario del autor es irónico sobre las verdaderas intenciones del varón: ¡Pobre Paquilla! que yendo a buscar al lacayo se encuentra con el duende, pero no hay que temer: se conoce que Martinico está de buen humor y no le hará mal.