Santo Domingo en Soriano
Hacia 1629. Óleo sobre lienzo, 228 x 124 cm. No expuestoSi bien se conoce un gran número de copias, variantes y obras desaparecidas de Maíno que tienen como asunto el milagro de Santo Domingo en Soriano, hoy se consideran de su mano sólo tres cuadros de esta temática. Del prototipo creado por el pintor dominico deriva la mayoría de los numerosos cuadros que representaron este asunto en el mundo hispánico. Según podemos deducir de fuentes documentales antiguas, parece indudable que los principales responsables de la implantación de esta devoción en España fueron los dominicos.
La escena recogida en los cuadros representa el milagro que tuvo lugar en el, por entonces insignificante, convento dominico de Soriano Calabro en Italia. Los tres ejemplares que se atribuyen con seguridad a Maíno presentan la escena siguiendo un mismo esquema: Santa Catalina de Siena sostiene el retrato del santo, mientras la Virgen lo señala con el dedo dirigiéndose al religioso visionario que aparece arrodillado a la izquierda y la Magdalena, casi de perfil, cierra la composición por la derecha.
La fama de esta representación asociada al nombre de Maíno se difundió a partir de una pintura, hoy perdida, colocada en una capilla del convento de Santo Tomás de Madrid en mayo de 1629. Los dominicos divulgaron la leyenda de Soriano presentando como milagrosa no sólo la imagen original sino también sus copias. Estos poderes milagrosos asociados al culto a Santo Domingo en Soriano explican la inmediata difusión en copias y variantes de la composición de Maíno (Texto extractado de Carlos Varona, M. C. de, en: Juan Bautista Maíno: 1581-1649, Museo Nacional del Prado, 2009, pp. 172-176).