Segundo Premio de primera clase de la Real Academia de San Fernando
1753. Plata dorada.No expuesto
En el anverso aparece representado San Fernando frontal, en pie y de tres cuartos, con la cabeza coronada y con el aura de santidad, llevando coraza y manto real. El santo sujeta la espada en la mano derecha y apoya la izquierda en un mundo crucífero colocado sobre una repisa, en la que se dispone la firma del autor. En el reverso el emblema de la Academia, la Divina Providencia representada por una mano saliendo entre las nubes radiantes y que corona a los símbolos de las tres Bellas Artes colocadas sobre un pedestal en cuyo frente aparece la corona real flanqueada por los emblemas de Castilla y León.
Los estatutos de la Academia de San Fernando, aprobados por el rey el 8 de abril de 1751, establecieron la ejecución de medallas para premiar a los ganadores de los concursos públicos que se celebrasen a partir de entonces. Dichos concursos fueron convocados desde la fundación de la institución al año siguiente, primero anualmente y a partir de 1757 cada tres años. La idea de repartir medallas como premios para estimular a los jóvenes artistas se tomó de la Académie Royale de Peinture et Sculpture creada bajo Luis XIV en París. Esta Academia había elegido a su vez como modelo la de Roma, que tras crear en un principio premios en metálico, cambió posteriormente a medallas.
Gracias al patrocinio real, la Academia pudo encargar a Prieto, director del grabado en hueco desde abril de 1752 y grabador principal de las Reales Casas de Moneda, seis tipos de medallas de premio en marzo del año siguiente. Este grabador fue autor tanto de los dibujos preparatorios como de los troqueles de las medallas, y para las seis medallas destinadas realizó seis anversos diferentes con el rey Fernando III el Santo, patrono de la institución (Texto extractado de Cano Cuesta, Marina: Catálogo de Medallas Españolas, Museo Nacional del Prado, 2005).