Bernegal de cristal con ramos y asas en forma de cartones
Hacia 1610. Cristal de roca / cuarzo hialino, Esmalte, Oro, 13 x 28,6 cm. Sala 079BVaso compuesto por dos piezas de cristal de roca y tres guarniciones de oro esmaltado. El cuerpo, alargado, tiene perfil en segmento de arco, con ocho gallones separados por gallones cóncavos y aristas. Su base, unida por guarnición anular, parece de una pieza y tiene corto vástago con nudo y pie plano oval. La decoración consiste en gallones en su parte inferior y arriba, guirnaldas, roleos y cuernos de abundancia con frutos, todo ello distribuido simétricamente. Dos guarniciones unen el cuerpo con las asas, colocadas transversalmente, en forma de cartones enroscados en ese y hendidos. Ha sido atribuido al Taller de los Miseroni.
Es similar en proporciones al bernegal O85 y al vaso O45 del Tesoro en el modo de separar los gallones convexos por otros muy delgados cóncavos, dejando las aristas vivas. Las asas siguen el mismo modelo que las del vaso O21 del Prado, realizadas en este caso en oro esmaltado de blanco y fechables en la primera mitad del siglo XVII. Este modelo se encuentra también en la corte de Praga, como el vaso con un mascarón, obra de Ottavio Miseroni, conservado en Viena en la Kunstkammer del Kunsthistorisches Museum (inv. 1641), realizado en Praga durante la primera década del siglo XVII. Según Arbeteta, puede haber sido realizado hacia la misma época que estos ejemplos, cuyas labores de piedra fueron ejecutadas en el entorno de la familia Miseroni, en Milán o en Praga (Arbeteta tiene presentado un texto sobre la revisión de la catalogación para su publicación).
Es una de las piezas pertenecientes al Tesoro del Delfín, el conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre. La adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V (1683-1746) recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1776 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.
Arbeteta Mira, Letizia, El tesoro del Delfín: alhajas de Felipe V recibidas por herencia de su padre Luis, Gran Delfín de Francia, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2001, p.216