Dibujo perteneciente al Cuaderno de Burdeos II o Cuaderno H, hoja 4. El dibujo, titulado modernamente con ironía por la acción del fraile, muestra a este dirigiéndose al muchacho del primer término. El hábito blanco y el manto negro con capucha revelan su pertenencia a los dominicos, la importante orden mendicante guardiana de la ortodoxia y que vivía de las limosnas. Sin embargo, se sienta en el estrado sobre un cómodo sofá y mete los pies en una cavidad perfecta para mantenerlos calientes. Muestra al niño la cruz que, opuesta a la calavera a la que señala con intención, le asegurará la vida eterna. El pequeño labrador, de calzones rotos y manos grandes por las duras faenas del campo, levanta su azadón, utilizado para cavar la tierra endurecida, manifestando así que el trabajo será su destino.

Matilla, J.M. Mena M.B., Goya: dibujos. Solo la voluntad me sobra, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2019, p.268 nº 178