Cristo muerto sostenido por un ángel
1646 - 1652. Óleo sobre lienzo, 137 x 100 cmSala 017A
Es obra que se tiende a fechar en 1646-1652, los años que cubren la segunda etapa madrileña del pintor. En esa época se convirtió en uno de los artistas más activos de la Corte en campos tan diversos como la pintura, el dibujo, la escultura o la traza de retablos, y afianzó una poderosa personalidad artística que le convierte en uno de los pintores más importantes del siglo XVII español. Ejemplo típico de su producción de esos años es esta pintura en la que explora las posibilidades expresivas de la luz como vehículo para concentrar nuestra atención en una escena dramática. Pero Cano, en vez de insistir en los aspectos más patéticos del episodio, reduce la expresividad gestual al mínimo y construye una obra adecuada para la meditación pausada y concentrada. El gusto por la belleza, la contención, la mesura y el equilibrio propios del pintor, así como su dominio compositivo y su maestría en la aplicación de colores suaves y armónicos, se hacen evidentes en este cuadro, en el que también aparece uno de sus temas favoritos : el desnudo. Cano fue uno de los artistas españoles de su época que con mayor insistencia plasmó el cuerpo humano. En ocasiones el protagonista de sus obras es el desnudo femenino, pero, debido sin ninguna duda a la gran presión social y religiosa que había en contra, en la mayoría de las ocasiones se trataba de cuerpos de hombres. El tema le servía a un pintor como él para reflexionar sobre el ideal clásico y el sistema de proporciones. Pero también supo utilizar la carne como vehículo expresivo; y de ello no hay mejor ejemplo que el cuerpo muerto de Cristo en este cuadro, en el que sus formas perfectas y su blancura inerte se hacen contrastar con el sentimiento del ángel que lo sostiene y la oscuridad del fondo para crear una obra que rebosa quietud y miste-rio e invita a la meditación íntima. Se trata de un tipo de iconografía con raíces antiguas en el arte occidental, y que aparece con cierta profusión de la mano de artistas italianos del Renacimiento y del manierismo, como Antonello da Mesina o los pintores miguelangelescos. En España tuvo también cierto éxito, y prueba de ello es que el propio Alonso Cano fue autor de varias obras con este tema.
Esplendores de Espanha de el Greco a Velazquez, Rio De Janeiro, Arte Viva, 2000, p.201