Oh ciego desespero; lo que importa es ganar dinero y vamos andando, lo que venga él saldrá
Primer tercio del siglo XIX. Aguada, Lápiz, Pluma, Tinta agrisada, Tinta parda sobre papel verjurado, 310 x 210 mm. No expuestoCentrando la composición con no gran desplazamiento a la izquierda, un atildado caralindo toma el brazo a una bella joven con un abanico –cerrado- en su diestra. Inmediatamente detrás, de izquierda a derecha: hombre con las manos juntas y el rostro con gesto de fuerte desesperación; una cabeza de mujer asomando por entre los perfiles de la pareja principal; dos viejas en cínico y alegre parloteo, una de ellas con una bolsa, sin duda que conteniendo el dinero ganado por la guapa dada a las amorosas e interesadas conquistas. A cierta distancia, tres árboles corpulentos expanden sus masas compositivas y frondas por dos tercios del espacio superior derecho.
No se repite o imita ningún Capricho goyesco; pero, como es sabido, el tema de la prostitución y el amor venal o interesado en la mujer aparece a menudo en Goya: Caprichos 2, 3, 7, 15, 16, 17, 22, 31 y 37.
Forma parte de la serie formada por 24 dibujos (de D4906 a D4929) que representan los pasajes de la vida relajada y el fin de ella. (Texto extractado de Puente, Joaquín de la., Unos Contracaprichos de José Zapata, Boletín del Museo del Prado, 1990, pp. 51-66)