San Andrés
1646. Óleo sobre lienzo, 247 x 140 cm. No expuestoPor su carácter y dimensiones se trata, sin duda, de un lienzo de altar, seguramente el que Palomino, Ponz, Ceán y otros vieron en el altar colateral de la Epístola, de la iglesia del Salvador de Madrid. La composición, de evidente monumentalidad, muestra al Santo apóstol en actitud erguida, apoyado en su cruz, y con la cabeza alzada, coronado de rosas que lleva una pareja de angelitos, uno de los cuales porta la palma del martirio. Al fondo, en figuras menudas, se representa la escena misma del suplicio, al modo usual en estampas y composiciones flamencas de la primera mitad del siglo. Si en el modelo y la actitud del santo en primer término, podría advertirse aún algún recuerdo de Vicente Carducho, aunque interpretado con una ligereza de pincel ya nueva, las figuras del segundo término, y especialmente la del santo crucificado, luminoso y dorado, reflejan ya el conocimiento del arte de Rubens, asimilado con evidente precocidad. La belleza de color y la factura, ya suelta y vibrante, subrayan la importancia y precocidad del pintor en el camino del nuevo estilo (Texto extractado de Pérez Sánchez, A. E.: Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo. 1650-1700, Ministerio de Cultura, 1986, p. 244).