Un general de artillería
Hacia 1660. Óleo sobre lienzo, 202 x 135 cm. No expuestoLa producción retratística de Francisco Rizi (1614-1685) es aún mal conocida. Probablemente fue escasa, pero las pocas muestras que han llegado hasta nosotros denotan unas extraordinarias aptitudes para el género. En este retrato, de fecha imprecisa pero que cabe situar en el periodo central de su carrera como ha señalado Pérez Sánchez, la pose del personaje, llena de apostura y de una elegancia no exenta de afectación, remite directamente a Van Dyck, cuyos modelos debió de conocer y admirar el artista. La materia pictórica está aplicada con fluidez y la gama cromática es reducida y armoniosa, dominada por los tonos castaños de la vestimenta y los verdes grisáceos del paisaje. El personaje, indudablemente relacionado con el arma de artillería, aparece en primer plano, de pie, apoyando el brazo izquierdo en la cureña de un cañón junto a la que hay, en el suelo, dos balas. Con la mano izquierda sostiene un sombrero negro con plumas blancas, y con la derecha muestra, con un ademán refinado, la bengala o bastón de mando. Lleva el pelo largo, cayendo sobre los hombros, a la francesa, como ya indicó Madrazo, y el cuello grande y liso sigue también la moda francesa. De edad ya relativamente avanzada (sobre los cincuenta y cinco años, supuso Madrazo), ostenta en el pecho la venera de la orden de Calatrava. No se ha podido averiguar su identidad. Madrazo pensó que se trataría de don Andrés Cantelmo, un personaje de ascendencia italiana que participó en las guerras de Flandes y Cataluña (fue gobernador de Luxemburgo en 1637 y de Brujas en 1642 y maese de campo general de Cataluña en 1644) y fue recompensado en 1645 por sus servicios con una pensión de cuatro mil ducados de renta en Nápoles. Sin embargo, como observaron Allende-Salazar y Sánchez Cantón, Cantelmo -cuyos retratos conocidos muestran pocas semejanzas faciales con éste- no fue caballero de Calatrava. Por lo demás, estos últimos autores adujeron una lista de posibles candidatos que ellos mismos descartaron, bien por su escasa semejanza facial con este personaje, bien porque, aunque de rostro parecido, no fueron caballeros de la orden de Calatrava: el conde de Fuensaldaña, don García de Avellaneda y Haro (conde de Castrillo), don Juan de Velasco (conde de Salazar), etc. Recientemente, Urrea ha señalado que el rostro de este general presenta un extraordinario parecido con el del VI marqués del Carpio, don Luis Méndez de Haro (1590-1661), sobrino del conde-duque de Olivares y valido de Felipe IV. Sin embargo, él mismo apunta que las dificultades para identificarlo como tal son las mismas que las de los casos anteriores: el marqués del Carpio fue caballero de las órdenes de Santiago y Alcántara, pero no de la de Calatrava, y, aunque destacado militar, no parece haber estado vinculado al arma de artillería (Texto extractado de Álvarez Lopera, J. en: El retrato español en el Prado. Del Greco a Goya, Museo Nacional del Prado, 2006, p. 118).