Bandeja oval de heliotropo con retícula octogonal
Hacia 1610. Esmalte, Heliotropo, Oro, Perlas, Plata dorada, Latón, 6,2 x 43,6 cmSala 079B
Esta obra pertenece a un conjunto de dos aguamaniles con sus fuentes del Tesoro, O24 a O27. La bandeja está formada por varias piezas trapezoidales en torno a un gran octógono central montadas en guarnición del mismo tipo que el resto del conjunto. Conserva cinco perlas. El armazón es similar al de las salvillas O102 y O103 del Museo del Prado, con diseño de lazos en doble "t" y ornamentación parecida y su forma se combina con la estructura octogonal central, al igual que los azafates O106 y O107, todas ellas piezas realizadas en Milán. Hay piezas con decoración similar en París y en Múnich, también atribuidas a la familia Miseroni. La decoración consiste en sobrepuestos de oro esmaltado, con hojas, flores y hojas y florones centrales de ocho pétalos, realizados en esmalte opaco en blanco, celeste, rojo y negro.
Puede verse el estado de la obra en el siglo XIX a través de la fotografía de Juan Laurent y Minier, "Plateau de l’aiguière de la planche 762, jaspe sanguin transparent, montures en bronze doré au feu avec appliques d’or èmaillè et perles, XVIe siècle, règne de Charles IX ou Henri III", hacia 1879, Museo del Prado, HF0835/29.
El Tesoro del Delfín es un conjunto de vasos preciosos que, procedentes de la riquísima colección de Luis, gran Delfín de Francia, vinieron a España como herencia de su hijo Felipe V, primer rey de la rama borbónica española. Luis de Francia (1661-1711), hijo de Luis XIV y María Teresa de Austria, comenzó su colección tempranamente influenciado por su padre; la adquisición de obras se producía por diversas vías, desde regalos hasta su compra en subastas y almonedas. Al morir el Delfín, Felipe V recibe en herencia un conjunto de vasos con sus respectivos estuches, que fueron enviados a España. En 1716 estaban en el Alcázar de Madrid, guardados en sus cajas, desde donde se trasladaron, en fecha posterior, a La Granja de San Ildefonso, lugar donde se citan a la muerte de Felipe V, conservados en la llamada Casa de las Alhajas. En 1778 se depositaron, por real orden de Carlos III, en el Real Gabinete de Historia Natural y continuaron en la institución hasta el saqueo de las tropas francesas en 1813. La devolución de las piezas se produjo dos años más tarde y con algunas pérdidas. Fue en 1839 cuando la colección llega al Real Museo, donde sufrió en 1918 un robo. Con ocasión de la Guerra Civil española fueron enviadas a Suiza regresando en 1939, con la pérdida de un vaso, desde entonces se encuentran expuestas en el edificio Villanueva.