Cupido navegando sobre un delfín
1636 - 1638. Óleo sobre lienzo, 98 x 98 cm. No expuestoEsta representación del dios del amor niño no se corresponde con ninguna historia concreta, más allá de la propia representación del mismo. Hijo de Venus, a la que causa bastantes problemas con sus flechas, su presencia en la Torre de la Parada es constante, pero no de una manera pictórica sino por ser el causante de muchos de los episodios que aparecen en la Torre, como El Rapto de Proserpina (P1659) o Apolo persiguiendo a Dafne (P1714) entre otros. S. Alpers, autora del único estudio completo del encargo de Rubens para la Torre de la Parada hasta la fecha, considera que si bien podría estar en relación con otros temas, como podría ser el actualmente cortado Amor dormido (P1718) del mismo artista, la elección del tema de Cupido navegando sobre un delfín no está clara. Otra referencia al Cupido niño la vemos en la obra Apolo vencedor de la serpiente Pitón (P1861) de Cornelis de vos.
El lienzo es obra de E. Quellinus, discípulo de Rubens al que le encargó la realización de muchas de las obras de la serie como El rapto de Europa (P1628), Baco y Ariadna (P1629), La muerte de Eurídice (P1630), Jasón y el vellocino de oro (P1631), La Persecución de las Harpías (P1633) y El Amor dormido (P1718). A diferencia de otros artistas como J. Jordaens, E. Quellinus sigue siempre bastante fiel los bocetos del maestro en sus composiciones, en las cuales se aprecia bastante bien la técnica común empleada en ellas. Además S. Alpers indica que, como muchos otras obras de la serie, el lienzo ha sido ampliado por la parte izquierda. El boceto de Rubens se conserva hoy en los Museos Reales de Bellas Artes de Bélgica en Bruselas (inv.4124).
Los lienzos para la Torre de la Parada fueron realizados en torno a 1636-1638 aproximadamente, siguiendo la correspondencia entre el Cardenal Infante Don Fernando, gobernador de Flandes en el momento del encargo, y su hermano el rey Felipe IV.
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos.
El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la la mayoría de los lienzos realizados a partir de los diseños de Rubens para la decoración de este lugar (muchos de los cuadros fueron pintados por otros artistas).
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2014).