Daniele Barbaro, patriarca de Aquileya
Hacia 1545. Óleo sobre lienzo, 81 x 69 cm. Sala 041De noble familia veneciana, Daniele Barbaro (1513-1570), señor de gran valor e infinita bondad en palabras de Lodovico Dolce, disfrutó de una magnífica educación primero en Verona y después en la Universidad de Padua. Filósofo de tendencia neoaristotélica, trabó amistad con importantes humanistas venecianos, algunos retratados también por Tiziano como Pietro Bembo (Washington, National Gallery) o Benedetto Varchi (Viena, Kunsthistorisches Museum). En 1545 fue nombrado sobreintendente para la construcción del jardín botánico de Padua, iniciando una fructífera carrera al servicio de la República de Venecia que culminó, entre 1548 y 1550, con su designación como embajador ante Eduardo VI en Inglaterra. De vuelta a Venecia, en 1551 fue nombrado patriarca de Aquileia y hacia 1566 lo retrató Paolo Veronese (Amsterdam, Rijksmuseum), exhibiendo orgulloso la obra que más fama le procuró en vida: sus comentarios al tratado de arquitectura de Vitruvio (Venecia, 1556). En la década de 1550 Barbaro no se limitó a la teoría y actuó también como arquitecto, diseñando en 1555 el palacio de Camilo Trevisan en Murano.
El 11 de marzo de 1545, Paulo Giovio escribió a Pietro Aretino para que pidiera en su nombre a Tiziano un retrato de Daniele Barbaro con destino a su Museo que se identifica con el conservado en Ottawa (National Gallery), que incluye su nombre: DANIEL BARBARUS, algo lógico dada su inclusión en una galería iconográfica. El retrato de Ottawa es idéntico al del Museo del Prado pero de menor calidad y, dado su tamaño prácticamente similar (85 x 71 cm. el cuadro de Ottawa), probablemente Tiziano pintara ambos de forma simultánea. Consta igualmente que Barbaro fue retratado en 1548 por Paolo Pase, discípulo de Tiziano.
El retrato sorprende por su sencillez, probablemente consecuencia de su origen y de la situación vital de Barbaro, entonces un humanista poco conocido más allá de círculos intelectuales. Su retrato es de hecho el de un estudioso, de ahí que el único objeto que le acompañe sea un libro. Dada la fecha de ejecución del retrato y el éxito alcanzado por sus comentarios a Aristóteles, parece lógico suponer que sea la obra que Barbaro sostiene en la mano izquierda. Pese a su sobriedad, se ha señalado su influjo en obras contemporáneas de Jacopo Tintoretto como Retrato de hombre joven (Hampton Court, Royal Collection).
Carlo Ridolfi citó un retrato de Daniele Barbaro en Amberes en poder de Lucas van Uffel (muerto en 1637), sin duda el mismo que grabó Wenzel Hollar en 1650 cuando pertenecía a Johannes y Jacob van Veerle, también en Amberes. Estas fechas aconsejan sin embargo cautela a la hora de identificarlo con el del Museo Nacional del Prado, adquirido en 1651 por David Teniers el Joven en Londres por 1500 florines para el Conde de Fuensaldaña, que lo envío a Luis de Haro. Haro lo debió entregar a Felipe IV, documentándose en 1666 en el Pasillo que llaman de la Madona del Alcázar de Madrid. Ingresó en el Museo del Prado en 1843.
Falomir Faus, Miguel, Tiziano, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2003, p.198