Disparate de toritos (Disparate de tontos)
1815 - 1819. Aguafuerte, Aguatinta, Punta seca sobre papel verjurado, ahuesado, 306 x 445 mmNo expuesto
La estampa pertenece a la serie de los Disparates que Goya inició en 1815, siendo fiel reflejo del contexto histórico y personal del artista que, finalizada la Guerra de la Independencia, vio derrumbarse parte del mundo progresista con el que de algún modo se había identificado. Es previsible que trabajase en ella hasta 1819, momento en el que el cambio de signo político, el triunfo del general Rafael Riego, trajo consigo la proclamación de la Constitución de 1812 y un ambiente de esperanza donde la atmósfera opresiva de los Disparates estuviera fuera de lugar. Inacabados e incompresibles, rompieron con la por entonces versión oficial y propagandística que el resto de los grabadores mostraban en sus estampas, tiempos de adulación personal a Fernando VII. Se conocen un total de veintidós composiciones grabadas que en ocasiones es difícil vincular con sus respectivos dibujos preparatorios dada la complejidad compositiva que fueron adquiriendo. Cuatro láminas -las que no figuran en la edición de la Academia de 1864 y que fueron publicadas por primera vez en 1877 en la revista francesa L´Art- se separaron del conjunto y pasaron a ser propiedad del pintor Eugenio Lucas, el cual intervino en la valoración de las Pinturas negras de la Quinta del Sordo en octubre de 1856, y es muy posible que las recibiera en compensación del trabajo o, simplemente, que optara por comprarlas. A su muerte en 1870, los cuatro cobres fueron ofrecidos a la Academia, sin embargo, la falta de acuerdo hizo que finalmente saliesen de España, siendo adquiridas por el comerciante francés Edmont Sagot. En 1877 la revista parisina L´Art. Revue hebdomadaire illustrée (Tercer año, Tomo II, A. Bellue, París Londres) publicó estas cuatro estampas que, separadas del resto de la serie, habían permanecido inéditas. A falta del conocimiento de las pruebas de taller en las que aparecía manuscrito un título, fueron tituladas por los editores como Lluvia de toros (Disparate de toritos, G03070), Otras leyes para el pueblo (Disparate de bestia, G03069), ¡Qué guerrero! (Disparate conocido, G03067) y Una reina del circo (Disparate puntual, G03068). Los temas que parecen dar sentido y unidad a esta serie son una expresión crítica universal de la esencia del ser humano, de sus miedos, su violencia, sus creencias, sus vicios y errores.
La prueba de taller que se conserva en la Fundación Lázaro Galdiano de Madrid lleva manuscrita la leyenda Disparate de toros, si bien otros autores han leído Disparate de tontos o de toritos. Lo cierto es que el asunto representado, en el que unos toros volando por el aire o cayendo de él en diferentes posturas con violentos escorzos, es de muy difícil interpretación y contextualización, por lo que la escena ha sido tradicionalmente entendida en clave onírica. El mundo de los toros será un tema recurrente en la obra de Goya al que dedicará dos series gráficas de extraordinaria novedad, los aguafuertes de la Tauromaquia y, ya durante su exilio en Burdeos, la serie de litografías de los Toros de Burdeos, una de las obras maestras de este género. Esta estampa, lejos de mostrar el mundo taurino real, representa una escena absurda que introduce un elemento de desasosiego que sin embargo será una constante en sus escenas de toros (Texto extractado de Matilla, J. M. en: Memoria de Actividades, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2006).