Tú que no puedes
Hacia 1797. Aguada roja, Sanguina, Lápiz rojo sobre papel verjurado, 242 x 166 mmNo expuesto
El dibujo preparatorio del Capricho 42 fue trazado a sanguina sobre papel del molino holandés H.C. Wend & Zoonen. La misma filigrana se encuentra en los papeles de los Sueños y en los dibujos preparatorios de los Caprichos 12, 20, 52 y 58. Estos últimos tienen en común haber sido realizados a sanguina y todos ellos muestran la impronta de la huella de la lámina, resultante de la presión del tórculo durante el proceso de calco del dibujo sobre la plancha de cobre. En tres de esos casos -Caprichos 42, 52 y 58- sobre el diseño a sanguina fue aplicada aguada de tinta roja en un momento incierto pero siempre posterior al calco. La composición del dibujo preparatorio del Capricho 42 no se modificó en el grabado; solo es apreciable una leve variación en el rostro del hombre más próximo al primer plano, que en la sanguina abre expresivamente la boca y en la estampa final la mantiene cerrada.
La estampa ocupa una posición significativa en la serie, como epílogo del grupo de asnerías, justo antes de El sueño de la razón produce monstruos y, por consiguiente, sirve de colofón a la primera parte de los Caprichos. De modo que el núcleo de las ochenta estampas lo constituyen dos de los temas más relevantes desde la perspectiva del pensamiento ilustrado: la denuncia de los estamentos improductivos y el elogio de la razón.
Por el alcance social de su mensaje, el Capricho 42 tiene una importancia considerable. Ejemplifica mejor que ninguna otra imagen los cambios que se estaban operando en el seno de la España de fines del siglo XVIII a partir del cuestionamiento, cada vez más extendido, de las desigualdades de clase consustanciales a la sociedad estamental. De ahí que las explicaciones coetáneas con mayor fortuna de esta escena se basaran en el comentario siguiente: "Los pobres y clases útiles de la sociedad, son los que llevan a cuestas a los burros, o cargan con todo el peso de las contribuciones del estado".
Integrada entre las escenas de asnerías, propone la reconstrucción satírica de la realidad por medio de un juego visual enraizado en el imaginario del mundo al revés: sobre dos hombres, doblegados por el esfuerzo, cabalgan dos asnos. La subversión del orden lógico es solo aparente, porque en el plano metafórico el trasfondo de la imagen pretende demostrar que lo representado se corresponde fielmente con la realidad, y que esos hombres soportan en efecto la pesada carga de unos seres inútiles.
Existen numerosas fuentes gráficas y literarias relacionadas con la imagen. Entre las primeras, los aguafuertes satíricos del boloñés Giuseppe María Mitelli (1634-1718), las entalladuras populares italianas de Il mondo alla rovescia publicadas en Milán en 1780 o las estampas políticas surgidas en el contexto de la Francia revolucionaria, introducidas clandestinamente en España, como la explícita escena de un labriego cargando a sus espaldas con un obispo y un duque titulada A faut esperer q’eu se jeu la finira bentot (1789) -"Es de esperar que este juego termine pronto"-. El abuso de poder y la opresión a la que se veían sometidas las clases trabajadoras por parte de los estamentos privilegiados, específicamente los campesinos, fueron asuntos abordados con frecuencia en la literatura española de la Ilustración. Su más precisa formulación fue recogida en el Informe sobre la ley agraria de Jovellanos, quien en carta dirigida a Antonio Ponz reconocía: "Establecen la opulencia de los ricos en la miseria de los pobres". Jovellanos aplaudió el poema de Meléndez Valdés El filósofo en el campo, entre cuyos versos se encontraba este lamento: "Admira su paciente sufrimiento, / […] / Bajo la inmensa carga que en sus hombros / Puso la suerte". En su Capricho 42, Goya se muestra permeable al ideario social de los ilustrados y parece asimilar la tradición satírica italiana y la iconografía revolucionaria francesa.
En la Bibliothèque nationale de France se conserva una prueba antes de letra con la leyenda "Como suben los borricos". El foco de atención fue desplazado en el título definitivo a las humilladas cabalgaduras, sirviéndose de la primera parte del dicho popular "Tú que no puedes llévame a cuestas". Refrán tradicional, ya recogido en 1549 por el comendador Hernán Núñez en sus Refranes o proverbios en romance. Su sentido es equivalente al proverbio "A la borrica arrodillada doblarle la carga", definido así en el Diccionario de autoridades (1726): "Refrán que reprehende a los que inhumanamente procuran aumentar aflicciones al que es miserable y desgraciado". La identificación de los burros como miembros de la nobleza improductiva se justifica por el vínculo de la imagen con otras asnerías cuyo protagonista es el asno aristócrata (Caprichos 39 y 41). El dibujo 93 del Álbum de Madrid exhibe a varios jumentos con casacas y una leyenda alusiva al "respeto a su representación", lo que no deja lugar a dudas sobre el estamento al que pertenecen. Por consiguiente, el Capricho 42 contendría una referencia crítica al poder opresivo de la estéril aristocracia sobre el campesinado, sometido a excesivas cargas fiscales.
Goya: luces y sombras. Obras maestras del Museo del Prado, Tokyo, The Yomiuri Shimbun, 2011, p.148-149