El rapto de Ganimedes
1636 - 1638. Óleo sobre lienzo, 181 x 87,3 cm. En exposición temporalEl rapto de Ganimedes aparece en las Metamorfosis de Ovidio en el libro X, (155-160:) “(...) El rey de los dioses ardió en otro tiempo de amor por el frigio Ganímedes y se encontró algo que Júpiter prefería ser antes que lo que era. Sin embargo, no se digna transformarse en ave, a no ser la que pueda llevar sus rayos. Sin demora, tras batir el aire con sus falsas alas, raptó al Ilíada, que ahora prepara también las bebidas y sirve el néctar a Júpiter contra la voluntad de Juno”.
Este mito es uno de los raptos representados en la Torre de la Parada que se completarían con otros como el de Europa (P1628) Proserpina (P1659), Hipodamia (P1658) o Deyanira (actualmente desaparecidos tanto el lienzo como el boceto. La composición del Rapto de Deyanira se conoce gracias a una obra anónima sobre tabla que sigue al orginal, conservada en el Museo (P2460). Formalmente es parecido al de Europa, centrándose en las dos figuras principales, en este caso Júpiter transformado en águila y el propio Ganimedes. Además también recuerda a las figuras aisladas pintadas por Rubens, autor de este lienzo del cual no conservamos boceto en la actualidad. Sin embargo, a diferencia de estos personajes aislados, en este caso lo que vemos es el momento del rapto, por lo que nos muestra una escena concreta.
El formato permite aislar el episodio y centrarse en las dos figuras importantes dando mayor tensión y dramatismo al episodio, como ocurre en muchas de las obras de la serie. El rostro del joven recuerda al de Proserpina en el momento de su rapto, con los ojos enrojecidos y mirando al cielo. La tensión del momento se aprecia en el movimiento del joven frente a la posición del águila, que no le permite movimiento alguno. Para S. Alpers, autora del único estudio completo del encargo de Rubens para la Torre de la Parada hasta la fecha, el joven recuerda a uno de los niños de la escultura del Laoconte. También existe una relación con el dibujo de Miguel Ángel del mismo tema para Tommaso dei Cavalieri, mencionada por algunos autores. No se conserva el boceto original.
Los lienzos para la Torre de la Parada fueron realizados en torno a 1636-1638 aproximadamente, siguiendo la correspondencia entre el Cardenal Infante Don Fernando, gobernador de Flandes en el momento del encargo, y su hermano el rey Felipe IV.
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos.
El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la mayoría de los lienzos realizados a partir de los diseños de Rubens para la decoración de este lugar (muchos de los cuadros fueron pintados por otros artistas).
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2014).