Frailes en procesión
1824 - 1828. Lápiz sobre papel verjurado, agrisado, 191 x 155 mm. No expuestoLas procesiones son frecuentes en la obra final de Goya y siempre con un marcado tono sombrío, como en la Romería de San Isidro de las Pinturas negras. Los monjes ocultan su rostro y caminan agrupados formando una multitud, dos recursos habituales en Goya para expresar la mentira, la sumisión y la falta de sentido crítico. Técnicamente domina el uso del lápiz graso, con el que es capaz de matizar distintos tipos de trazos con los que construir la multitud.
Los Álbumes G y H fueron realizados en Burdeos, seguramente de forma simultánea o en un lapso muy próximo, como demuestra su similitud formal, estilística y técnica. En ellos dio rienda suelta a su capacidad de invención a partir de hechos puntuales vividos, como los personajes populares vistos en las calles de París y Burdeos, o fruto exclusivo de su imaginación. Muestra de los grandes asuntos presentes a lo largo de tosa su carrera, pero cambiando el tono de lo satírico a lo grotesco: la falsedad humana, la desigualdad, la miseria, la irracionalidad, la violencia del individuo y de la sociedad. Goya introdujo como novedad técnica el lápiz compuesto. Coincide con su interés por la litografía y con la práctica de dicho procedimiento en Burdeos.
Matilla Rodríguez, José Manuel, Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya, Santander, Fundación Botín, 2017, p.130 n.78; 200 n.78