Lo merecía
1810 - 1814. Aguafuerte, Bruñidor, Buril, Punta seca sobre papel, 180 x 220 mmNo expuesto
Si en la estampa Populacho (G02358) Goya calificaba despectivamente a los protagonistas, parece extraño que en ésta Lo merecía (Desastres de la guerra, 29), en la que muestra un suceso semejante, muestre aprobación hacia el comportamiento de sus compatriotas. Así pues nos encontraríamos ante un título irónico con el que Goya parece referirse a las justificaciones que el populacho argumentaba para dar rienda suelta a su violencia. El condenado merecía no sólo la muerte sino también la impúdica exhibición de su cadáver. La leyenda transforma una atrocidad sin nombre en un castigo ejemplar, signo de justicia. Como en la escena anterior, se han buscado hechos concretos a los que pudiera referirse esta estampa, pero, como demostró Lafuente Ferrari, son tantos que es quizá más verosímil pensar que Goya realiza una labor de abstracción para mostrar un suceso que por su frecuencia se convirtió en una de las fatales consecuencias de la guerra. Este deseo de abstracción, o más bien de universalización, se aprecia en los cambios que realizó en el paso del dibujo a la estampa. En el primero se aprecia la localización en un ambiente urbano, con edificios al fondo. Sin embargo, en la segunda Goya suprime toda referencia espacial, a excepción del plano del terreno situado en primer término que le permite aproximar la acción a nuestra mirada. La figura en blanco del personaje que tira con fuerza, dirige su vista hacia la víctima, a la que llegamos a través de la tensa cuerda que lo levanta y arrastra por los pies. La meticulosidad de Goya en su trabajo le lleva a corregir detalles que en principio podrían pasar desapercibidos, como el tamaño de los pies, que ha reducido, como se aprecia en las pruebas de estado en relación con la estampa definitiva. En un principio eran demasiado grandes y quedaban excesivamente cercanos a las figuras que aparecen al fondo, poco más que unas sombras amenazantes que esgrimen sus ya innecesarios instrumentos de tortura. (Texto extractado de: Matilla, J.M.: Lo merecía, en: Goya en tiempos de Guerra, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2008, p. 316)