Mercurio
1636 - 1638. Óleo sobre lienzo, 180 x 69 cm. No expuestoLa presencia de Mercurio es uno de los lienzos de formato vertical con una sola figura como personaje aislado que guarda relación compositiva con otros lienzos de similares dimensiones, como son La Fortuna (P1674), Sátiro (P1681) y La Razón (el lienzo está desaparecido, pero el boceto se conserva en el Museo Provincial de Bellas Artes de La Coruña (n.284)que representan personajes aislados, la mayoría de los cuales son de mano de Rubens y otros con colaboración de taller. Este tipo de representaciones dejan fuera la historia relacionada con estos personajes para centrarse en la fuerza de la figura aislada y los múltiples significados que éstas pueden tener. La presencia de estas cuatro pinturas estaría relacionada con todo el ciclo mitológico de la Torre de la Parada.
Mercurio aparece en varios episodios de la Torre de la Parada como Las Bodas de Tetis y Peleo (P1634) y Mercurio y Argos (P1673), con el que parece compartir la vestimenta, si bien el tratamiento de ambos parece algo distinto: frente a la corpulencia y fuerza del dios matando al pastor esta representación de la figura aislada se muestra estática y con ciertos rasgos de feminidad. Lo que nos muestra Rubens es una figura mitológica con un gran recuerdo a la estatuaria clásica, en contraposto y con sus símbolos característicos; el caduceo en su mano izquierda, el sombrero y las sandalias aladas. Según S. Alpers, autora del único estudio completo del encargo de Rubens para la Torre de la Parada hasta la fecha, en el Renacimiento solía aparecer representado junto a La Fortuna, personaje que aparece en este ciclo (P1674) de igual manera que Mercurio. No se conoce boceto alguno para este lienzo.
Los lienzos para la Torre de la Parada fueron realizados en torno a 1636-1638 aproximadamente, siguiendo la correspondencia entre el Cardenal Infante Don Fernando, gobernador de Flandes en el momento del encargo, y su hermano el rey Felipe IV.
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos.
El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la mayoría de los lienzos realizados a partir de los diseños de Rubens para la decoración de este lugar(muchos de los cuadros fueron pintados por otros artistas).
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2014).