Perspectiva de un anfiteatro romano
Hacia 1638. Óleo sobre lienzo, 220,5 x 352,7 cmMuguruza P1 Escalera 3
Esta obra forma parte de una serie de cuatro pinturas de Domenico Gargiulo (autor de las figuras) y Viviano Codazzi (autor de la arquitectura), relativas a espectáculos de la antigua Roma para el Buen Retiro. Las otras dos pinturas conservadas de la serie son Perspectiva de un gimnasio (P6210) y Circo Máximo de Roma (P6209), mientras que en la testamentaría de Carlos II (1701) se cita la cuarta pintura (perdida) que probablemente representaba una naumaquia. Todas estas obras se encuentran entre las mejores de sus autores. Como es habitual en los cuadros de esta serie, su datación es muy incierta. Tradicionalmente se aceptaba una fecha tardía, entre 1639 y 1644, fecha de otros encargos conocidos de G. B. Pisante, prior de la cartuja de San Martino e intermediario utilizado por el duque de Medina de las Torres para sus compras de pintura. David R. Marshall fue el primero en dudar de la intervención de Pisante en este proyecto y propuso adelantar su fecha hasta 1634-1638, que parece demasiado temprana, sobre todo si se compara con los Triunfos de estos dos artistas (P238 y P237). Más certera parece la opinión de Giancarlo Sestieri que considera estas pinturas de ca. 1638 y, por lo tanto, posteriores a los Triunfos citados. La sección del Coliseo se hizo popular a través de los grabados de Antoine Lafréry, Justo Lipsio, Serlio o Giacomo Lauro, autor este último que incluyó en sus Meraviglie della Roma antica esta misma perspectiva, junto con una segunda estampa en la que aparecen gladiadores luchando entre sí y contra distintos animales. Codazzi y Gargiulo utilizaron estas imágenes como punto de partida para este cuadro.
A lo largo de las últimas décadas se ha tratado de establecer la existencia de una serie de cuadros relativos a la Historia de Roma, entre los que se encuentra esta obra, encargados por los representantes de Felipe IV en esa ciudad y en Nápoles a partir de una fecha cercana a 1634 para el palacio del Buen Retiro. Persisten veintiocho obras que pueden relacionarse con este proyecto (conservadas principalmente en el Museo del Prado y Patrimonio Nacional), a las que se pueden añadir otras seis más actualmente destruidas o cuyo paradero se desconoce, todas ellas citadas en la Testamentaría de Carlos II. En total, unas treinta y cuatro pinturas, el conjunto más numeroso de todos los del Retiro incluyendo el Salón de Reinos y sólo inferior en número a las escenas mitológicas que en esos mismos años el cardenal-infante don Fernando, hermano del rey, solicitaba a Rubens para la Torre de la Parada. Su número constituye el primer argumento que permite entender la importancia otorgada a este ciclo en el nuevo palacio.
Úbeda de los Cobos, A., El Palacio del Rey Planeta. Felipe IV y el Buen Retiro, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2005, p.196-199