Telégrafo
1825 - 1828. Lápiz sobre papel verjurado, 191 x 153 mmNo expuesto
Sin la inscripción de mano del artista, Telégrafo, habría sido imposible descifrar el asunto, que se habría entendido superficialmente como una simple escena de acróbatas callejeros. Goya se debió de sentir fascinado por el moderno método de comunicación del telégrafo óptico. El sistema se servía de torres alineadas que sostenían un mástil con dos brazos articulados que con su movimiento transmitían mensajes cifrados y que tenían una apariencia casi humana. El contorsionista se recorta nítidamente y contrasta con la figura en la sombra.
Los Cuadernos G y H fueron realizados en Burdeos, seguramente de forma simultánea o en un lapso muy próximo, como demuestra su similitud formal, estilística y técnica. En ellos dio rienda suelta a su capacidad de invención a partir de hechos puntuales vividos, como los personajes populares vistos en las calles de París y Burdeos, o fruto exclusivo de su imaginación. Muestra de los grandes asuntos presentes a lo largo de tosa su carrera, pero cambiando el tono de lo satírico a lo grotesco: la falsedad humana, la desigualdad, la miseria, la irracionalidad, la violencia del individuo y de la sociedad. Goya introdujo como novedad técnica el lápiz compuesto. Coincide con su interés por la litografía y con la práctica de dicho procedimiento en Burdeos.
Matilla Rodríguez, José Manuel, Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya, Santander, Fundación Botín, 2017, p.133 n.81; 201 n.81