Venus de Madrid (Ceres, según Ajello)
Mediados del siglo XVIII. Lápiz sobre papel, 480 x 337 mmNo expuesto
Se trata de la conocida como Venus de Madrid (E000044), y se acepta que es una copia romana libre -y vestida- de una escultura del helenismo tardío (s. II-I a.C.) que, como la Venus de Milo, derivaría del modelo lisipico conocido como Afrodita de Capua. Hasta mediados del s. XIX la presencia de túnica y manto llevo a los estudiosos a interpretar y a restaurar la pieza como una deidad de la vegetación, sea Ceres, Pomona o Flora.
Por su gran tamaño debe identificarse con la “Statua di Flora con fiori nelle mani, alta, compreso il suo peduccio, palmi otto e due terzi” que adornaba la segunda sala de la colección de Cristina de Suecia en su Palacio Riario. después en la colección Odescalchi, de donde se embarca para España. Llegada al Palacio de La Granja, la escultura, cuya cabeza y brazos eran ya obras de restauración, sufrió al parecer cambios de importancia, de los que sería testigo Ajello, quien afirmo en su manuscrito “que le habían quitado la cabeza y brazos de la estatua por ser muy malos; añadiendo que representa una Ceres”. Si se acepta esto como bueno, habremos de suponer que los brazos y la cabeza (hoy conservada en el museo con el no de inventario E000670) serían restauraciones realizadas en España ya en pleno siglo XVIII, poco antes de dibujarse la presente lamina.
La presencia de esta obra en La Granja no consta hasta fines del siglo XVIII, cuando Ponz la menciona en la “pieza cuarta” combinando su descripción con la de la Atenea Prómacos (E000024) e insistiendo en sus restauraciones. Con Carlos IV la obra pasa a Aranjuez, junto con el Puteal de la Moncloa, el Apolo de Nocchieri y las ocho estatuas egipcias que se representan en el cuaderno, para adornar el Jardín del Príncipe.
No se sabe cuándo fue traída al Prado, pero su estado de conservación hasta la restauración realizada en 1998 (Silvano Bertolini) denota una larga exposición a las inclemencias del tiempo. En el inventario de 1849-57 aparece con el no 778: “una estatua que parece Ceres de mármol griego. Faltan los brazos, y la cabeza está muy estropeada”. Según se deduce de este texto, la obra, ya sin brazos, conservo la cabeza algún tiempo; pero ya Hübner la describe decapitada.
El dibujo forma parte del conocido como Cuaderno de Ajello formado por un conjunto de cincuenta y nueve hojas sueltas, con dibujos a lápiz, destinadas a servir de modelo para la realización de una serie de grabados, que debían ilustrar un catálogo descriptivo de las esculturas reunidas por Felipe V y su esposa, Isabel Farnesio, en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso.
Elvira Barba, Miguel Ángel, El Cuaderno de Ajello y las esculturas del Museo del Prado, Madrid, Museo del Prado, 1998, p.84-87