Adoración de los Reyes Magos
Hacia 1670. Óleo sobre lienzo, 54 x 57 cmNo expuesto
La obra procede, junto con su compañera La Presentación de Jesús en el Templo (P1130), y el Ecce Homo conservado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, del desaparecido Convento franciscano de los Ángeles de Madrid, donde los mencionan Palomino, Ponz y Ceán, constituyendo el banco de un pequeño retablo del Nacimiento, en la Capilla de Don Andrés de la Torre. Las dos escenas pasaron al Museo de la Trinidad y de él al Prado, mientras el Ecce Homo, quedó en la Academia de San Fernando.
Muestra un gran dinamismo en la estructura de la composición, que se manifiesta en las actitudes de los personajes y en el caracoleo de los paños, realizados con una técnica deshecha y filamentosa que adquiere una excepcional vibración cromática. Si las versiones de análogo asunto de la Catedral de Toledo y la Universidad de Barcelona (P05318) hacen pensar en la monumentalidad de Veronés, ésta del Prado -según Angulo (1962-) trae a la memoria el movimiento de Tintoretto. La gama de color resulta de una notable belleza y luminosidad, con fragmentos delicadísimos (Pérez Sánchez, A. E.: Carreño, Rizi, Herrera y la pintura madrileña de su tiempo. 1650-1700, Ministerio de Cultura, 1986, pp. 254-255).
Por otro lado se encuentra La Anunciación (P1128), una obra que acababa originalmente en arco rebajado, lo que hizo suponer a Angulo y Pérez Sánchez que formaba parte del ático de un retablo, proponiendo que formase parte del mismo retablo de La Natividad del antiguo Convento de los Ángeles de Madrid. Gómez Nebreda confirmaría documentalmente esta suposición (2002).