Sueño De unos hombres que se nos comian
1796 - 1797. Pluma, Tinta ferrogálica sobre papel verjurado, 243 x 167 mm. No expuestoDibujo preparatorio para el aguafuerte Capricho 13. Estan calientes (G02101). En conjunto, junto con otros veinticinco dibujos a pluma, forma la serie Los Sueños, que sirve de base para Los Caprichos. Tanto el dibujo preliminar como el preparatorio, difieren en algunos elementos con respecto a la estampa final. Aunque en la primera versión del dibujo 63 del Álbum de Madrid es mucho más crítico al ser una versión para la intimidad (Caricatura Alegre -anverso D04369)-, a medida que avanza el proceso creativo se autocensura. En un segundo dibujo, que forma parte de su serie de Los Sueños, suprime la enorme nariz fálica, aunque mantiene todavía leves referencias a su origen, conservando los restantes elementos caricaturescos: rostros estúpidos y sarcásticos así como actitudes glotonas, preservando, por tanto, la naturaleza de su crítica antimonacal. Una crítica que se refuerza con la breve anotación del propio Goya en el dibujo Sueño de unos hombres que se nos comían y que claramente alude a la pesada carga que para el resto de la sociedad constituía ese estamento improductivo. Como demuestra la marca de la huella del cobre, Goya ha utilizado el dibujo del Sueño para reportar a la lámina las líneas principales de la composición. Durante el proceso de grabado, obtuvo pruebas para comprobar el estado en que se encontraba el trabajo y rectificarlo en los casos en que fuera necesario. Tal es el ejemplo de la prueba de estado del Capricho 13, en la que aún no ha sido bruñida la aguatinta del hábito del monje del primer plano para obtener reflejos blancos que aporten volumen a la figura, apreciables en la estampa definitiva. Curiosamente, el carácter sexual que tenía el primer dibujo y que posteriormente se perdió en el Sueño y en la estampa, recobra su sentido con la inclusión del título Están calientes. Los comentarios manuscritos contemporáneos ya pusieron de manifiesto la identificación de los protagonistas con los monjes y sus vicios. Así, el comentario del Museo del Prado dice: Tal prisa tienen de engullir que se las tragan hirviendo. Hasta en el uso de los placeres son necesarias la templanza y la moderación. Más sarcástico, como es habitual, el manuscrito de la Biblioteca Nacional comenta: Los Frayles estupidos se atracan bien en sus refectorios, y se rien del mundo; ¡que han de hacer después si no estar calientes! En ambos comentarios se alude de forma explícita a la incontinencia de los frailes, y a la vista del dibujo del Álbum de Madrid es evidente que Goya no solo se estaba refiriendo a la gula sino también a la lujuria. No en vano el término caliente alude, según el Diccionario castellano con las voces de ciencias y artes de Esteban Terreros (Madrid, 1786-93) a las hembras de los animales que están en celo, y también al que está encendido por una pasión. Asimismo y en argot, estar caliente se puede aplicar a quien ha bebido demasiado. Goya no pretende representar la realidad observada y luego deformada como en otras estampas, ya que los frailes son figuras fantásticas sacadas del sueño que, precisamente por ser fantásticas, provocan mejor la emoción crítica y satírica que el artista desea generar en el espectador. Del mismo modo, las estampas satíricas inglesas, muy difundidas por Europa y que Goya pudo ver en casa de Sebastián Martínez en Cádiz o en la biblioteca de Moratín, quien había visitado recientemente Inglaterra, pudieron haber influido en la obra goyesca; pero a diferencia de las críticas concretas de las estampas de William Hogarth, Thomas Rowlandson o James Gillray, Goya hace una sátira más general de los vicios y corrupción de la Iglesia, de su glotonería y su apetito sexual. El Museo del Prado conserva una serie de obras relacionadas con el Sueño 25 (D04232 / G01933 / G02101 / G00682 / D04369-anverso)-. Además, en la Calcografía Nacional de Madrid se encuentra una lámina de cobre con recubrimiento electrolítico de acero de la misma serie (219 x 153 mm, 512.30 g. Núm. 3439). En cuanto a observaciones, en el dibujo se aprecia la impronta de la huella de la lámina, dejada por la presión del tórculo durante el proceso de calco sobre la plancha de cobre de 218 x 153 mm, además de puntizones verticales (Texto extractado de Matilla, J. M., Caricatura alegre / Sueño 25. Sueño de unos hombres que se nos comían / Están calientes, en Matilla, J. M. y Mena Marqués, M. (dir.), Goya: Luces y Sombras, Barcelona: Fundación La Caixa, Barcelona: Obra Social La Caixa-Madrid: Museo Nacional del Prado, 2012, pp. 136-137).