Grande hazaña! con muertos!
1810 - 1815. Aguada, Aguafuerte, Punta seca sobre papel avitelado, ahuesado, 156 x 208 mm. No expuestoEl título pudiera resultar satírico si no fuera por la brutalidad de la escena representada. Debemos por tanto interpretarlo, al igual que el Desastre 37 Esto es peor, como un oxímoron, en el que se suceden dos elementos antagónicos que conforman ese sentido metafórico de carácter crítico que expresa la indignación de Goya ante la extrema violencia del suceso. Tradicionalmente se ha identificado a las víctimas de esta composición con soldados franceses basándose en el bigote que posee la cabeza cortada clavada al árbol. Es probable que la escena esté inspirada en la matanza de soldados franceses en Chinchón, y que por tanto ambas obras -Desastres 37 y 39- constituyan una secuencia en la que se intercala una escena de venganza francesa -Desastre 38-. La documentación obtenida en los últimos años por los historiadores de la Guerra de la Independencia ha arrojado numerosos datos sobre la brutalidad que desarrollaron los guerrilleros españoles hacia los soldados franceses prisioneros y viceversa, al margen de las reglas que la guerra tradicional entre ejércitos había aplicado hasta entonces, generando una espiral de violencia basada en la simple venganza y en el terror. Esta estampa, como tantas otras de la serie, consigue a partir de hechos concretos abstraer la esencia de la violencia que lleva implícita, dejando por tanto en un plano secundario la realidad en la que se inspiró y la naturaleza de sus víctimas. Unas víctimas que, al estar desposeídas de todo elemento iconográfico que las identifique, se convierten genéricamente en hombres sin bando determinado. Sus cuerpos han sido tratados de acuerdo con los ideales de belleza clásica, y la tortura que han sufrido, acentúa la expresión trágica de destrucción de la vida, la belleza y la razón que constituye la esencia del clasicismo. Pero, además, Goya nos muestra la forma en que los cuerpos de estos hombres han sido despojados de su dignidad al mostrar elocuentemente que han sido castrados, dejando sobre su piel un reguero de sangre. Mediante las amputaciones y la adaptación de los cuerpos y sus miembros al tronco y las ramas del árbol, firmemente atados con cuerdas que acentúan la tensión, Goya expresa una violencia extrema que conlleva la cosificación de los cuerpos, a los que se ha negado incluso la dignidad de la muerte (Texto extractado de Matilla, J. M.: Grande hazaña! Con muertos, en: Goya en tiempos de Guerra, Madrid: Museo Nacional del Prado, 2008, p. 312).