Diana y sus ninfas cazando
1636 - 1637. Óleo sobre tabla de madera de roble, 27,7 x 58 cm. Sala 079La historia de Diana y sus ninfas cazadoras no se correspondecon ningún episodio concreto en la obra de Ovidio, por lo que la presencia de esta obra en la Torre de la Parada puede deberse a la temática. La diosa, identificada por la media luna que lleva en la cabeza, está situada en el centro dispuesta a dar caza a un ciervo. Mientras sus ninfas tratan de dar alcance al otro que huye en el segundo término. Los contrastes lumínicos se acentúan entre la parte izquierda, donde aparecen las mujeres, y la derecha con los animales, mucho más oscura. Destaca la fiereza con la que son tratados los perros, que dan caza al ciervo, en contraposición a las figura de las mujeres, en actitud menos tensa. A diferencia de otros bocetos, tanto las figuras, el paisaje y los animales están en esta obra mucho más acabados.
Las dimensiones del boceto contrastan con las de los demás, si bien se asemeja al lienzo realizado por F. Snyders y T. Van Thulden para Orfeo y los animales (P1844), obra de la que no se conserva boceto de Rubens. A pesar de esto S. Alpers, autora del único estudio completo del encargo de Rubens para la Torre de la Parada hasta la fecha, no duda de la pertenencia al encargo. El lienzo esta en la actualidad perdido pero se documentaba en el inventario de la Torre de la Parada en 1700 como obra de "Rubenes y Pedro de Vox". Existen grandes problemas para ubicar esta obra en la actualidad debido a la cantidad de copias (véase la referencia sobre la pieza en la obra de S. Alpers). La composición guarda ciertas similitudes con un cuadro de colaboración entre F. Snyders y Rubens, Diana y sus ninfas cazando a un ciervo, presentado a Felipe IV durante la segunda visita del artista a España y que se perdió en el incendio del Alcázar.
A pesar de que las cartas del Cardenal Infante Don Fernando de Austria a su hermano, el rey Felipe IV, no dicen nada al respecto, los bocetos conservados demuestran que Rubens se comprometió a realizar en boceto preparatorio todas las composiciones de su mano para después dejar a su taller la ejecución de los lienzos finales. Éstos, a diferencia de la gran mayoría de las pinturas, muestran la energía de Rubens a la hora de realizarlos, con trazos rápidos y esquemáticos pero muy visuales, cuidando el tratamiento de los colores para generar luces y sombras. La diferencia de la mayoría de las pinturas con respecto al boceto es la expresividad de los rostros de los personajes.
Los bocetos, según J. Held y S. Alpers, aparecen por primera vez documentados en el Diccionario… de Cean Bermudez de 1800 dentro de la colección del duque del Infantado. No tenemos constancia documental de ellos en fechas anteriores, si bien se suponen en España antes de 1800. A la muerte del tercer Duque del Infantado la colección quedó dividida entre su sobrino-nieto, el futuro Duque de Osuna, y a su hijo el futuro Duque de Pastrana. Este boceto entró a formar parte de las colecciones del Museo del Prado en el año 2000 como Dación de Caja Madrid.
La decoración de la Torre de la Parada, en cuyo proyecto también participaron otros autores como Velázquez, fue el mayor encargo que Rubens recibió de Felipe IV. A partir de 1636 se enviaron desde Amberes a Madrid más de sesenta obras para esta casa de recreo situada en los montes del Pardo. La mayor parte de las escenas narraban las pasiones de los dioses, según fueron descritas en las Metamorfosis del poeta romano Ovidio y otras fuentes clásicas. Para llevar a cabo un proyecto tan amplio, Rubens realizó pequeños bocetos sobre tabla, donde capta la esencia moral de las historias y las actitudes de los personajes. Estos bocetos sirvieron de base para la elaboración de los lienzos definitivos.
El Museo del Prado conserva diez de los bocetos de Rubens, nueve de ellos donados en 1889 por la duquesa de Pastrana, y uno adquirido en el año 2000. El Prado también conserva la mayoría de los lienzos realizados a partir de los diseños de Rubens para la decoración de este lugar (muchos de los cuadros fueron pintados por otros artistas).
(Información revisada y actualizada por el Departamento de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, 2014).